EFE
MADRID.- La salida de Barclays de España después de casi 40 años de trayectoria dejará la casi totalidad del negocio minorista en manos de la banca nacional y demuestra el difícil encaje de las entidades extranjeras en la banca de particulares del país.
Actualmente apenas operan en España con una cuota de mercado significativa Deutsche Bank o ING Direct, porque otras entidades foráneas, tanto europeas como americanas, han reorientado su actividad.
Esta semana Barclays anunció un nuevo plan estratégico mundial que incluye la eliminación de 14 mil puestos de trabajo, la reducción de su banca de inversión y la venta de su red minorista en Europa continental, que agrupa a España, Portugal, Italia y Francia.
En el caso concreto de España, los representantes de Barclays sólo aclararon que la venta se producirá "a medio o largo plazo" y tampoco adelantaron si se venderá entera o en partes.
Barclays tiene actualmente en España una red de unas 270 oficinas y una plantilla de unas 2.800 personas, de las que 2.200 trabajan en banca minorista, tras haber cerrado 160 sucursales y reducido 900 empleos.
Otras entidades extranjeras dejaron el negocio minorista español en los últimos años, la última de ellas Citi, que traspasará su actividad de particulares al Banco Popular.
Otras entidades que se han ido de España en los últimos años son Halifax, o Lloyds, adquirido por el Sabadell, o el Abbey National, comprado por el Santander, y Crédit Agricole, que intentó hacerse con Bankinter y como no pudo terminó reduciendo su participación a un casi simbólico 2,3%.
Según analistas, el hecho de que apenas queden Deutsche Bank o ING con una cuota en banca comercial en España no significa que la banca extranjera haya fracasado, sino que es algo normal en un país en el que la clientela prefiere las entidades domésticas.
A esto se une la larga crisis soportada por todas las entidades, que ha reducido considerablemente el negocio para todas ellas, pero especialmente para las extranjeras, que al final tienen que calibrar si es rentable su presencia en un mercado alicaído y con pocas posibilidades de mejorar de forma notable en el corto plazo.
En este sentido, consideran difícil que la banca extranjera pueda ganar cuota a las siete entidades que cotizan en Bolsa (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Popular, Sabadell y Bankinter), que son las que dominan el mercado minorista español y han controlado en todo momento la reestructuración del sector.