BEIJING.- La producción industrial china se frenó en abril y desde enero las inversiones crecieron a su ritmo más lento en 12 años, según cifras oficiales divulgadas este martes que revelan una caída de la actividad en la segunda economía mundial.
La producción industrial creció un 8,7% interanual, menos que el mes anterior (8,8%), anunció la Oficina Nacional de Estadísticas (BNS). En enero y febrero, el crecimiento había sido de 8,6%, el índice más bajo en cinco años.
Las inversiones en capital fijo aumentaron un 17,3% en el enero-abril, respecto al mismo período de 2013. También se trata de una ralentización puesto que hubo una progresión en el primer trimestre (enero-marzo) de 17,6% respecto al mismo período del año anterior.
El alza registrada en enero-abril es la más débil de los últimos 12 años.
La moderación de las inversiones puede explicarse por el "enfriamiento" del mercado inmobiliario, y una amplia campaña contra la corrupción, según los analistas de Bank of America Merrill Lynch.
Por su parte, las ventas al por menor progresaron un 11,9% interanual en abril, revelando en este caso también un sensible freno en el consumo privado, respecto al crecimiento registrado en marzo (12,2%), según el BNS.
Estas decepcionantes estadísticas pueden alimentar las inquietudes sobre la salud de la economía china, cuya actividad padece un claro freno.
El crecimiento económico del país cayó a 7,4% en el primer trimestre de 2014 -un mínimo en 18 meses-, contra 7,7% el trimestre precedente. Beijing se fijó en marzo un objetivo de crecimiento anual de "en torno al 7,5%".
Las autoridades chinas descartaron un plan masivo de reactivación, aunque sí han aplicado desde abril una serie de medidas para alentar la actividad, como estímulos fiscales, facilidades para invertir en infraestructuras y reducción del índice de reservas obligatorias para los bancos rurales.
Pese a ello, "la presión sigue creciendo para incitar (al gobierno) a adoptar nuevas medidas de flexibilización monetaria", subraya Zhang Zhiwei, analista del banco Nomura.
El propio gobernador del banco central, Zhou Xiaochuan, indicó recientemente que las autoridades esperaban nuevos indicadores antes de decidir, o no, adoptar "medidas de ajuste".
Aún en plena ralentización, "la actividad económica en China no se ha estabilizado" y "al mismo tiempo crece entre los bancos un sentimiento de aversión por el riesgo" , lo que les hace endurecer sus condiciones para otorgar préstamos, según los expertos de ANZ.
Así, el volumen de créditos otorgados por los bancos chinos en abril cayó más del 25% respecto a marzo, según el Banco Central, lo que ha contribuido a frenar la actividad económica.
No obstante, la actual ralentización de la economía china es también, en parte, el reverso del ambicioso programa de reformas iniciado por las autoridades para "reequilibrar" el modelo del gigante asiático.
El gobierno quiere que el país sea menos dependiente de las exportaciones y de las inversiones en infraestructuras, y al mismo tiempo alentar el consumo interno, al reforzar el rol del mercado e incrementar la importancia del sector privado.