SANTIAGO.- Sin duda, recibir una oferta de trabajo, cuando ya se cuenta con uno, puede resultar una noticia alentadora y gratificante para la persona contactada, sobre todo si ésta no se siente a gusto con su empleo. Sin embargo, los expertos recomiendan considerar una serie de factores antes de tomar una decisión tan importante.
De acuerdo a María Eugenia Bofanti, subgerente de Laborum Selección, lo primero es ver "cuál es mi realidad y las prioridades en mi vida; poner en una balanza cuáles son los aspectos que podrían beneficiar o perjudicar antes de aceptar un nuevo cargo. Luego, reflexionar cuánto se ajusta mi empresa actual a mis necesidades, porque si se ha llegado al tope de lo que puede aprender en su puesto y éste se ha vuelto una rutina, es probable que sea momento de cambiarlo".
Para Valeska Lira, consultor en Recursos Humanos de Randstad "lo más atractivo a evaluar es el sueldo ofrecido por el nuevo potencial empleador. Generalmente es bien considerado cuando ésta sobrepasa el 30% de la renta actual".
Asimismo, comenta que "los beneficios que otorgan algunas empresas son un factor relevante a la hora de considerar un cambio, los cuales pueden ir desde cheques restaurant, hasta convenios con gimnasios, tiendas y descuentos varios en el mercado, aunque el seguro complementario de salud es cada vez es más requerido".
Además, "si una nueva empresa brinda posibilidades de capacitación y están dispuestas a financiarlo para formar a mejores profesionales es un punto a favor", precisa Bofanti de Laborum.
Por su parte, el gerente general de Trabajando.com Chile, Álvaro Vargas, dice que "siempre es importante considerar las oportunidades de desarrollo de carrera. Para eso, hay que pensar si la nueva propuesta nos permitirá crecer o qué perspectivas a corto, mediano y largo plazo nos ofrece".
Reputación de la compañía y clima laboral
La reputación de la compañía y clima laboral también deben tomarse en cuenta, por lo que hay que ver si la organización tiene una buena imagen en el mercado, credibilidad, prestigio y si se preocupa por sus trabajadores.
"Que sea un lugar en donde exista un buen ambiente laboral y espacios para que las personas se desarrollen, compartan y convivan en armonía. En donde existan horarios flexibles y en donde se mida a las personas por los resultados que obtienen y no por cumplir un horario determinado. Que el individuo pueda, incluso, trabajar desde la casa, dado que hoy las tecnologías existentes lo permiten”, afirma Benjamín Toselli, presidente ejecutivo de IT Hunter.
A su vez, el profesional aconseja fijarse en las características del cargo, pues "en la medida que un individuo se identifique más con su puesto, mayor será el empeño y el esfuerzo que hará por mantenerse en él".
En ese sentido, "optar a un cargo más alto es significado de apertura a desafíos, activando la ambición profesional de obtener logros y desarrollarse en nuevas áreas, lo que permite reforzar habilidades tanto técnicas como blandas, que sin duda es sinónimo de crecimiento", complementa Valeska Lira.
Otro punto que destaca la ejecutiva de Randstad es la ubicación, ya que "cada vez cobra más importancia, sobre todo para mujeres con hijos, a quienes trabajar en empresas cercanas al domicilio o de fácil acceso les significa tener más vida familiar por la optimización de tiempo en el trayecto".
Por último, a juicio del ejecutivo de IT Hunter es necesario considerar la situación económica del país.
"Si vemos que los niveles de desempleo son mínimos, dado que la economía está en expansión y las empresas están contratando a gente, la recomendación es considerar esa oferta de trabajo. En cambio, si la cesantía ha aumentado y la economía da señales de una crisis, el llamado es a mantenerse en el actual trabajo hasta que la situación mejore", concluye.
Cuándo no cambiar de trabajo
Según Álvaro Vargas de Trabajando.com Chile, "es recomendable no cambiar de empleo si, por ejemplo, se está pasando por algún tipo de crisis personal, ya que adaptarse en esas condiciones a un nuevo trabajo suele ser agotador emocionalmente, lo que hará que no funcione bien en el empleo nuevo y tampoco poder resolver los problemas personales".
Agrega que "tampoco es bueno cambiarse si la nueva empresa está ofreciendo algo muy similar a lo actual, ya que eso no es un paso hacia adelante, salvo si es una empresa donde siempre ha querido estar o si es que el clima laboral actual es muy malo. Lo mismo ocurre cuando la nueva empresa ofrece un mejor sueldo pero la cultura laboral y clima es malo en el lugar. En ese caso, no vale la pena".