RÍO DE JANEIRO.- El Banco Central brasileño anunció hoy una serie de medidas para elevar la liquidez y aumentar la oferta de crédito en el país, con una inyección de cerca de 30.000 millones de reales (unos US$ 13.630 millones) en la economía.
Un de las principales medidas reduce el encaje bancario, es decir el porcentaje de recursos que las instituciones financieras tienen que depositar en el organismo emisor del dinero que reciben de sus clientes.
"El Banco Central decidió adoptar medidas para mejora la distribución de la liquidez de la economía. Fueron modificadas normas relativas al encaje bancario con un impacto calculado en 30.000 millones de reales", según un comunicado de la entidad.
El objetivo de las medidas, según el organismo, es elevar los recursos disponibles por los bancos para el crédito, para que puedan reducir las tasas de interés y financiar a las empresas y el consumo, en momentos en que se prevé que la economía brasileña, en desaceleración, crecerá por debajo del 1,0% este año.
El Banco Central explicó que el encaje bancario había subido desde 194.000 millones de reales (unos US$ 88.180 millones) a finales de 2009 hasta 405.000 millones de reales (unos US$ 184.090 millones) en la actualidad, por lo que puede liberar parte de esos recursos para elevar la liquidez en el mercado.
El organismo alegó igualmente que el crédito no está aumentando en el país pese a que las tasas de impago permanecen relativamente bajas, así como el nivel de riesgo del sistema financiero nacional.
Para aumentar el dinero a disposición de los bancos para préstamos, el Banco Central determinó que hasta el 50% de los recursos que las entidades tienen que depositar en el organismo emisor relativos al encaje bancario sobre depósitos a plazo pueda ser destinado para la concesión de créditos.
Otra medida aumenta desde 58 hasta 134 el número de bancos que puede usar hasta el 20 % de su encaje bancario en operaciones destinadas a la financiación de inversiones.
El Banco Central igualmente cambió las exigencias mínimas de capital de riesgo para operaciones de crédito.
Las medidas revierten algunas que habían sido adoptadas en 2010 para contener el crédito y desacelerar el consumo, con el fin de combatir la inflación.
Las decisiones fueron anunciadas un días después de que el Banco Central admitiera que mantendrá elevada la tasa básica de interés, actualmente en el 11,00% anual, para garantizar el control de la inflación.
Fue precisamente la elevación de los tipos en los últimos meses hasta los mismos niveles en que estaban a comienzos de 2011, cuando Dilma Rousseff asumió su mandato como presidenta brasileña, lo que encareció el crédito y provocó una desaceleración de la economía.
"La inflación permanentemente elevada provoca el aumento de los intereses y, consecuentemente, la retracción del crédito de los bancos privados. La menor liquidez conduce al progresivo debilitamiento tanto del consumo de las familias como de la inversión de las empresas", alertó el jueves la Confederación Nacional de la Industria (CNI).
La patronal de los industriales redujo su proyección para el crecimiento de la economía de Brasil este año desde el 1,8% calculado hace tres meses hasta el 1,0% previsto en el Informe Coyuntural que divulgó este jueves.
Esta misma semana el propio Gobierno redujo su previsión para el crecimiento este año desde el 2,5 % calculado hace dos meses hasta el 1,8%, y los analistas del mercado financiero la rebajaron por octava semana consecutiva hasta el 0,97%.
En cualquiera de los casos, las proyecciones permiten prever para este año una desaceleración económica tras la ligera recuperación de 2013. Luego de haber registrado una expansión del 7,5% en 2010, el crecimiento de la economía brasileña fue de un 2,7 % en 2011, de sólo un 1,0% en 2012 y de un 2,3% en 2013.