Ministro de Economía de Argentina, Axel Kicillof.
AFPNUEVA YORK.- El ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, se refirió a las negociaciones que lleva adelante con los acreedores del país en Estados Unidos y reveló que los denominados “fondos buitres” no aceptaron la oferta del país para cancelar su deuda.
"Les presentamos una oferta de que ingresen al canje en similares condiciones de los bonistas de 2010 y 2005, cláusula que se encuentra dentro de la ley", pero no aceptaron. "Ellos querían más", declaró.
“Lo que les ofrecimos en términos de ganancias es del 300%", continuó el ministro.
"Si les ofrecemos más a los 'fondos buitre' que a los del canje 2005 y 2010, todos podrían reclamar exactamente lo mismo y la demanda se puede multiplicar por 100", enfatizó el ministro de Economía argentino.
En esta línea, Kicillof enfatizó en que "vamos a tomar todas las medidas y acciones de nuestros contratos, del derecho nacional e internacional para que esta situación, que consideramos inédita e injusta, no se repita".
De esta manera, "Argentina está dispuesta a dialogar, vamos a buscar una respuesta justa y sostenible para el 100% de nuestros acreedores, pero que no nos quieran obligar a hacer algo injusto y que puede poner en riesgo la sostenibilidad financiera que ha alcanzado Argentina", dijo.
En cuanto a la situación de "default" al que ingresa Argentina, Kicillof descartó que el país haya caído en esta situación, “porque default es no pagar”, agregó.
El ministro atribuyó que la actual condición del país se debe a que el juez Thomas Griesa no permitió el pago a los bonistas, entonces "le atribuimos esta responsabilidad al juez de haber generado un 'default'".
Finalmente, Kicillof aseguró a los argentinos que "vamos a seguir defendiendo ese 92,4%, pero no bajo condiciones extorsivas, ni bajo amenazas".
Para no entrar en mora, Argentina debe cancelar obligaciones por cerca de US$ 540 millones con los bonistas que aceptaron la reestructuración, pero el juez federal Thomas Griesa congeló esos dineros girados hace más de un mes para forzarlo a saldar los US$ 1.500 millones a los llamados "fondos buitres".