SANTIAGO.- El gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet evalúa eliminar el impuesto de reciprocidad que se les aplica a los turistas que llegan a Chile desde México, Canadá y Albania.
Actores de distintos ministerios del Ejecutivo se encuentran trabajando para erradicar esta normativa, que existe desde 2004 y que busca -mediante el pago por la "tarjeta de turismo"- que se hagan equivalentes las sumas que se exigen a los chilenos que viajan a esos mismos países. Esto, ya sea porque deben tramitar una visa o deben pagar un derecho específico al ingreso a esas naciones. Actualmente se cobran US$ 132 a cada canadiense que visita nuestro país, US$ 117 a los australianos, US$ 23 a mexicanos y US$ 30 a los albaneses.
Conocedores del proceso, según consigna El Mercurio, señalan que al terminar el mandato de la Mandataria es altamente probable que ciudadanos de México, Albania y Canadá ya no tengan que pagar dicho gravamen al ingresar al aeropuerto Arturo Merino Benítez (sólo se paga en este ingreso). El único país pendiente sería Australia, por supuestas trabas diplomáticas.
Las negociaciones para eliminar estos tributos son lideradas por el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde serían partidarios de suprimirlos de forma bilateral.
"Cancillería dice que la negociación bilateral funciona sobre la base de que estamos en igual posición negociadora. Piensan que si Chile abre unilateralmente todo y después pide que le saquen la visa, es más difícil. Quieren algo a cambio que consista en eliminar la visa y en avanzar en otras materias", explica la misma fuente.
Experiencia de viaje
No obstante, la Cancillería liderada por Heraldo Muñoz también estudiaría la posibilidad de eliminar el impuesto de forma unilateral. "En el caso de México se nos cobra una tasa aeroportuaria que se aplica a todos los turistas que van para allá. En este caso no debiera haber reciprocidad, porque no se le hace particularmente a Chile, sino que a todos los extranjeros. Hay negociaciones por la Alianza del Pacífico", revelan cercanos al proceso.
En el Gobierno y en el sector privado coinciden en que los turistas de estas nacionalidades enfrentan en nuestro país una experiencia de viaje negativa por este tributo. Esto, porque aún se paga en forma presencial, una vez que esos visitantes llegan, generándose atochamientos y filas en el aeropuerto. Además, muchos turistas se enteran recién en Chile de este cobro.