Reuters
WASHINGTON.- La supuesta lucha entre Washington y Beijing por los recursos naturales de África se ha exagerado, según el ex diplomático David Shinn, quien dijo en una entrevista que las áreas competitivas son el comercio y las licitaciones públicas, donde Estados Unidos está rezagado pero puede ganar terreno con productos y servicios de mayor calidad.
Shinn, ex embajador en Etiopía y Burkina Faso, sostuvo que la cumbre con más de 40 jefes de estado africanos celebrada en Washington esta semana no fue tanto una respuesta a la amenaza china como un deseo de defender los intereses de EE.UU. en la región.
"No creo que existiese una relación muy significativa con lo que está haciendo China", dijo en una entrevista Shinn, quien ve la cumbre recién finalizada como un reconocimiento, por parte del Gobierno estadounidense, de que no ha prestado suficiente atención a África en la última década.
La rivalidad entre China y EE.UU. fue motivo de largas disquisiciones durante los últimos días en Washington.
El gigante asiático superó a EE.UU. como el principal socio comercial de África en 2009, con intercambios que rondan los US$ 200.000 millones anuales, muy por encima de los alrededor de US$ 85.000 millones del país norteamericano.
Washington, con todo, niega que la cumbre sin precedentes de líderes africanos fuese un deseo de contrarrestar la influencia de su rival asiático en la región.
"La sugerencia de que la Cumbre de Líderes de EE.UU. y África es una reacción a algún otro evento o a las actividades de otro país en África olvida nuestras cinco décadas de sólida colaboración" con el continente, aseguró Linda Thomas, subsecretaria para África del Departamento de Estado.
Igual de rotundo fue el asesor adjunto para seguridad nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes.
"El presidente Obama ha dejado claro que damos la bienvenida a los otros países que están invirtiendo en África y, sinceramente, China puede jugar un papel constructivo en áreas como el desarrollo de infraestructuras", afirmó Rhodes.
Insistió, además, en que Washington aporta algo exclusivo: "Estamos menos concentrados en los recursos de África y más en profundizar las relaciones comerciales y de inversión".
Los datos muestran, con todo, que tanto las importaciones chinas como las estadounidenses se concentran en recursos naturales, aunque Shinn no ve una carrera competitiva en ese frente y alerta de un importante cambio de tendencia.
"Entre el 85 % y el 90 % de todas las importaciones chinas de África son recursos naturales, ya sea petróleo, gas o minerales", explicó el ex diplomático.
En el caso estadounidense, las importaciones de petróleo todavía son mayoritarias, apuntó Shinn, quien recordó que EE.UU. apenas importa minerales y destacó que el auge energético que vive el país está propiciando una fuerte caída en las compras de crudo africano.
Las importaciones de petróleo africano por parte de EE.UU. están en el nivel más bajo en 40 años. Si el importe rondaba los US$ 100.000 millones hace seis años, este año va camino, de mantenerse el ritmo actual, de totalizar tan solo US$ 15.000 millones.
"Ese no es un asunto competitivo entre África y EE.UU.", dijo Shinn, quien subrayó que la situación es distinta con las licitaciones públicas, dominadas por China.