Ferrari 250 GTO de 1962.
EFE
WASHINGTON.- Un Ferrari 250 GTO de 1962 fue vendido este jueves en una subasta celebrada en la localidad californiana de Monterrey por la cifra récord de US$ 38 millones.
El periódico Los Angeles Times informó hoy que el anterior récord de venta de un automóvil clásico correspondía a un Mercedes W196 que fue vendido el año pasado por unos US$ 30 millones.
La subasta del clásico Ferrari 250 GTO con el número de chasis 3851GT se inició en US$ 11 millones y alcanzó los US$ 31 millones, superando la cifra del Mercedes W196, en un minuto de pujas.
Ferrari sólo produjo 39 unidades del 250 GTO (36 de la Serie I y 3 de la Serie II), un modelo considerado de los más exclusivos en el mundo de los vehículos clásicos.
El vehículo está dotado con un motor de 3 litros en V12.
El 3851GT fue el número 19 de la serie y había sido comprado hace sólo dos meses por un grupo de inversores.
Según Los Angeles Times, el 250 GTO era parte de un lote de 73 automóviles comprados por el grupo inversor en junio por entre US$ 150 y US$ 200 millones a los herederos del magnate italiano Fabrizio Violati.
Violati, que fue propietario del agua mineral Ferrarelle, adquirió el GTO 250 en 1965 por 2,5 millones de liras (unos US$ 4.000 de entonces).
El empresario, cuya verdadera pasión era la velocidad y que llegó a poseer más de 25 Ferrari y 40 Abarth, empezó a disputar carreras de vehículos históricos con el 3851GT a finales de la década de 1970.
Violati también fue el creador del Ferrari Club Italia y del "Maranello Rosso", un museo centrado en su colección de Ferrari.
El vehículo tiene un trágico pasado. El esquiador francés Henri Oreiller, campeón en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1948 y posteriormente piloto de carreras, se mató en 1962 cuando uno de los neumáticos del 3851GT reventó mientras circulaba a 160 kilómetros por hora.
Tras el accidente, que se produjo en el circuito francés de Linas-Monthéry, el Ferrari 250 GTO fue reconstruido.
Hasta la fecha, el accidente de Oreiller es el único de un Ferrari 250 GTO que se ha saldado con la muerte de un ocupante del vehículo.
