PARÍS.- Las desigualdades entre ricos y pobres nunca habían sido tan grandes en los países de la OCDE en los últimos 30 años, concluye la organización en un informe publicado este martes, en el que advierte que eso socava el crecimiento.
En estos países, "los ingresos del 10% de la población más rica son 9,5 veces más que los del 10% de los más pobres", asegura la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La organización cuenta con 34 miembros, la mayoría países desarrollados como Estados Unidos, algunos de la Unión Europea, Australia o Japón, pero también emergentes como México, Chile o Turquía.
En los años 1980, los más ricos ganaban como mucho siete veces más que los más pobres.
En 30 años, los ingresos medios de los hogares más ricos han crecido. También los del 10% con menos recursos pero, a diferencia de los otros, "mucho más lentamente en los años de bonanza y han caído en los años de crisis", según el informe.
En este periodo, donde más han crecido las desigualdades ha sido en Estados Unidos, Finlandia, Israel, Nueva Zelanda, Suecia y en menor medida Alemania.
El aumento de las desigualdades socava el crecimiento, según la OCDE, que recuerda que le "han costado más de 10 puntos de crecimiento a México y a Nueva Zelanda", cerca de 9 puntos a Gran Bretaña, Finlandia y Noruega, de 6 a 7 puntos a Estados Unidos, Italia y Suecia.
En cambio, una "situación más igualitaria antes la crisis" contribuyó al aumento del PIB por habitante en España, Francia e Irlanda.
Según la OCDE, el impacto negativo de las desigualdades en el crecimiento se debe al abismo que separa al 40% de los hogares con ingresos bajos del resto de la población.
Ello es causa de la deficiente inversión de estas familias en educación, que limita las posibilidades de instrucción de sus hijos así como la movilidad social y el desarrollo de competencias.
Para la OCDE, "los resultados escolares de los niños con unos padres con niveles bajos de instrucción son peores cuanto mayores son las desigualdades de ingresos".
La organización sostiene que la lucha "contra las desigualdades mediante impuestos y transferencias no afecta al crecimiento" y pide a los poderes públicos que concentren sus políticas de ayuda en el 40% más desfavorecido.
Además de luchar contra la pobreza, la OCDE pide que se refuerce el acceso a los servicios públicos (educación, formación y cuidados de calidad), lo "que a largo plazo, se traducirá en oportunidades más iguales".