BUENOS AIRES.- El Gobierno de Argentina no flexibilizará en el corto plazo sus rígidas restricciones para acceder a divisas extranjeras en el mercado cambiario, dijo el jefe del Banco Central, Alejandro Vanoli, en una entrevista.
La autoridad monetaria aplica desde el 2011 severas restricciones a las compras de divisas para evitar fugas de capitales, proteger las reservas internacionales del país y controlar la cotización de la moneda doméstica, lo que dificulta el acceso a dólares por parte de la mayoría de los argentinos.
"Los cambios en las normas cambiarias van a depender de la evaluación que se haga en cada momento de distintas circunstancias, no sólo del volumen de reservas", dijo en una entrevista publicada en el matutino oficialista
Página/12.
"Ahora es necesario fortalecer esta calma cambiaria, por lo tanto descarto medidas espectaculares en el corto plazo. En el largo plazo, se verá", añadió el jefe del banco central.
En diciembre, el funcionario había dicho que su idea era normalizar gradualmente el mercado de cambios de la tercera economía de América Latina.
Las autoridades argentinas toleran la existencia de una plaza cambiaria paralela a la que recurren ahorristas y empresas para hacerse de moneda extranjera.
La brecha entre la cotización oficial del dólar y la marginal es de más del 50%. Unos meses atrás, la diferencia entre ambas cotizaciones se amplió a más del 70%.
"Técnicamente, se podrían eliminar las restricciones en el corto plazo, pero el tema es buscar mecanismos de administración de la cuenta capital que no sean tan procíclicos, lo que supone alguna restricción a los movimientos de capitales", señaló Vanoli, que asumió la presidencia del Banco Central en octubre.
El Gobierno de la presidenta Cristina Fernández busca proteger sus reservas internacionales, que utiliza para realizar pagos de deuda soberana e intervenir en el mercado local para evitar cambios bruscos en el tipo de cambio.
Las reservas del Banco Central, que fueron muy golpeadas a principios del año pasado y luego se recuperaron en parte gracias a un swap de monedas con China, se ubican actualmente en US$ 31.307 millones.
En tanto, Vanoli se refirió a la elevada inflación del país, que muchos economistas vinculan a una expansión excesiva de la emisión monetaria.
"Tanto durante 2014, como lo que prevemos para 2015, el comportamiento de los agregados monetarios se desaceleró mucho respecto de años anteriores. El crecimiento de la base monetaria fue del 22% (el año pasado)", afirmó.
Analistas privados estiman que el incremento de los precios en Argentina -que desde hace años tiene uno de los niveles de inflación más altos del mundo- alcanzó más del 35% en 2014, mientras que el Gobierno calculó el aumento anual en 23,9%.
El país sudamericano enfrenta una difícil situación financiera por el reciente estancamiento en su economía y con el acceso al crédito internacional prácticamente vedado desde su masiva cesación de pagos del 2002.
"El abordaje al tema de la inflación de nuestra parte no se centra en reducir la emisión monetaria, sino que tiene que ver con una estrategia que se ha seguido para reducir las expectativas de devaluación y generar, al mismo tiempo, estímulos a la oferta a través de los créditos para inversión productiva", dijo Vanoli.
El Gobierno argentino responsabiliza en gran parte por el alto nivel de inflación a movimientos especulativos basados en expectativas de devaluación de la moneda local.