La técnica de ''fracking'' para extraer gas y petróleo mediante la inyección de agua en el subsuelo enfrenta críticas por sus riesgos ambientales.
Reuters (archivo)ARGEL.- La Instancia de Concertación y de Seguimiento (ICSO), agrupación de los principales partidos de la oposición en Argelia, convocó una manifestación nacional masiva con el fin de protestar contra la explotación de gas de esquisto en el sur del país, que se extrae mediante el polémico sistema de hidrofracturación (fracking).
Las marchas están programadas para el próximo martes 24 de febrero y se realizarán en todo el país. El objetivo, según los organizadores, reside en impedir los planes de extracción ya puestos en marcha en la ciudad de Ain Saleh, en Tamanrasset, 1.900 kilómetros al sur de Argel, la capital.
"Exhortamos a los argelinos que sean solidarios con los habitantes de Ain Salah y salir a las calles el 24 de febrero contra la exploración del gas de esquisto", declaró Sofian Yilali, dirigente del partido Yil Yedid, durante una reunión de la plataforma celebrada hoy en la sede de esa formación.
En la capital, los manifestantes se reunirán al mediodía en la plaza de la "Grande Poste", indicaron los organizadores.
"No a la explotación del gas de esquisto", "el gas de esquisto es un asunto nacional", "la soberanía nacional es una línea roja", son los lemas elegidos por los opositores para liderar la marcha.
La fecha escogida es, además, simbólica, al coincidir con el aniversario de la nacionalización de los hidrocarburos por el gobierno socialista argelino.
Según Yilali, protestas similares se realizarán en las 48 provincias del país y en "capitales europeas".
Desde finales de diciembre pasado, los habitantes de la región meridional argelina de Tamanraset, así como de la localidad de Ain Saleh, protestan en contra de la explotación de gas de esquisto, ya que consideran que su método de extracción supone una amenaza ambiental.
La polémica en torno a este método de extracción, cuya aplicación se expande en Estados Unidos, Europa y América Latina, se refiere a presuntos riesgos que van desde la contaminación de napas subterráneas a la posibilidad de desencadenar terremotos, según sus críticos.