QUITO.- Las autoridades ecuatorianas confirmaron que mantendrán reuniones en los "próximos días" con sus pares chilenos para explicar los argumentos que justifican la aplicación de salvaguardias arancelarias de entre 5% y 45% a una parte de las importaciones, cuyo impacto fue analizado este jueves por el gobierno de Chile y exportadores de ese país.
El Gobierno chileno anunció esta semana que pedirá explicaciones a Quito sobre la medida que afecta a 646 productos que equivalen al 60,2% del total de exportaciones hacia el mercado ecuatoriano, según datos de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon) de Chile.
Sobre el tema con ese país, el Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, respondió durante una entrevista la noche del miércoles que "se las daremos (las explicaciones) con todo gusto" y esgrimió la necesidad del gobierno de aplicar "sobretasas arancelarias" ante un escenario externo complejo por la caída del precio del petróleo (principal exportación ecuatoriana) y la apreciación del dólar (divisa usada en Ecuador), lo que encarece las exportaciones y abarata las importaciones.
Ecuador está empeñado en reducir las importaciones, sobre todo de bienes que sí se producen en el país, para bajar el porcentaje de divisas que salen al exterior. Correa puso como ejemplo el caso de las manzanas que se importan de Chile y se producen, por ejemplo, en Ambato.
Según cifras del Banco Central, esa fruta (con sobretasa de 45% desde el miércoles) fue la que más se importó desde Chile, totalizando 60.854 toneladas, casi US$ 50 millones en 2014 con costos, seguro y flete (CIF).
El ministro de Comercio Exterior de Ecuador, Diego Aulestia, señaló que la decisión de establecer las salvaguardias durante 15 meses es una medida "perfectamente justificable" en el marco de la normativa internacional y que se revisará trimestralmente.
En declaraciones recogidas por la agencia Andes anticipó que en los "próximos días" el gobierno ecuatoriano va a explicar la medida en el exterior, particularmente a Chile, a la Unión Europea y la Organización Mundial de Comercio. Reiteró que no se trata de una "medida aislada" dirigida a un mercado en particular, sino que busca proteger el sector externo y la dolarización.