MOSCÚ.- La idea de incrementar la edad de jubilación en Rusia, que no ha cambiado en 80 años, parece que se va abriendo camino en el Kremlin pero Vladimir Putin piensa tomarse su tiempo para ello, debido a que el tema sigue siendo impopular.
En la actualidad, la edad de jubilación está fijada en 55 años para las mujeres y 60 años para los hombres. Establecidos en 1932, estos límites nunca han cambiado, resistiendo a la liberalización que vivió el país en los últimos 25 años. Hasta el 30% de los rusos pueden incluso retirarse antes gracias a los regímenes especiales de los que se benefician numerosas categorías laborales.
El envejecimiento de la población, consecuencia de la crisis demográfica postsoviética de la que el país va saliendo poco a poco, ha conducido al sistema a un déficit cada vez más insostenible.
El ministro de Finanzas, Anton Siluanov, que trata de ahorrar en todos los frentes posibles para paliar los efectos de la crisis económica, instó a tomar una decisión "urgentemente". Y Putin, que hasta ahora siempre había rechazado esta hipótesis, ya no parece ser tan tajante respecto al tema.
Consultado la semana pasada en televisión, el Mandatario ruso destacó que la esperanza de vida, que en la época soviética tocó niveles muy bajos, en la actualidad se sitúa en los 71 años y medio.
"¿Estamos preparados para aumentar, de forma inmediata y brusca, la edad de jubilación? Yo creo que no", consideró. "Porque si bien la esperanza de vida aumenta, continúa estando en 65 años y medio para los hombres: si fijamos la edad de jubilación en los 65, una vez que acabemos de trabajar, iremos directos al ataúd", concluyó.
Aunque rechaza tomar una decisión "inmediata y brusca", Vladimir Putin "no descarta que esto sea posible para las próximas generaciones, de manera progresiva", matizó más tarde su portavoz Dmitri Peskov.