SANTA MARIA DA FEIRA.- Después de no llegar a convencer a sus socios de la Unión Europea a que le levanten las sanciones que le impusieron, la oposición solitaria de Austria impedía hoy concretar un plan para gravar los intereses sobre las cuentas de ahorros en otros países.
Cuando los 15 líderes de la UE reanudaron su cumbre de dos días, los socios de Austria le dijeron que mantendrán las sanciones para castigar al canciller federal Wolfgang Schuessel por formar un gobierno que incluye el Partido de la Libertad, de ultraderecha.
El primer ministro portugués Antonio Gutérres dijo ayer a Schuessel que no había entusiasmo entre los 14 países por levantar sus sanciones a Austria. Portugal tiene en estos momentos la presidencia rotativa de la UE.
"No hay razones para cambiar las reglas", dijo el primer ministro belga Guy Verhofstadt a los periodistas después de una cena anoche.
Austria se opuso a una propuesta por la que las naciones de la UE intercambiarían información sobre los ciudadanos que ganen intereses en cuentas de ahorro en el extranjero.
El compromiso permitiría una retención impositiva del 20 por ciento sobre el interés que los europeos ganan en cuentas de ahorros de otros países, hasta que el intercambio de información pudiera formalizarse también con otras naciones fuera de la UE. La compleja medida impositiva tendría un período de implementación de nueve años.
La situación demuestra el potencial de Austria de obstaculizar las actividades de la UE si sus socios mantienen sus sanciones.
El ministro de finanzas alemán, Hans Eichel, acusó a Austria de ser obstinada en su oposición al compromiso impositivo. "Con esa actitud, Austria no demuestra espíritu de equipo", dijo. "No está en posición de implementar los tratados más simples para la evasión impositiva internacional".
La cuestión impositiva fue debatida ayer por los ministros de finanzas de la UE y los líderes de la unión.
Conscientes de los reveses en los esfuerzos por estabilizar Kosovo, los líderes de la UE accedieron a integrar una fuerza policial de 5000 agentes especialmente entrenados para despachar a los lugares conflictivos a breve aviso.
Javier Solana, el jefe de relaciones exteriores y seguridad de la UE, dijo ayer a los 15 líderes de la unión que los esfuerzos por crear una fuerza militar de 60.000 efectivos, separada de la OTAN, para crisis humanitarias y mantenimiento de la paz, avanza bien pero que se necesita hacer más en el aspecto civil del control de crisis.
