JERUSALEN.- Enfrentamientos en la frontera entre Israel y Líbano, y el recrudecimiento de la violencia en Gaza y Cisjordania fueron el marco de la reunión, el sábado, de líderes palestinos e israelíes para discutir la paz en la zona.
Fuego de morteros palestinos y nuevos brotes de violencia palestino-israelí en puntos de Cisjordania y la Franja de Gaza ensombrecieron el viernes el fin de una misión de paz de tres días del secretario norteamericano de Estado, Colin Powell.
Israel dijo que un periodo de prueba de una semana de calma negociado por Powell ni siquiera había comenzado.
Paralelamente, el nuevo escenario de la paz se mudó a Lisboa este fin de semana, donde se reunieron durante dos horas y media, el viernes en la noche, el presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, y el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Shimon Peres. Ambos asisten a la Cincuenta Conferencia de la Internacional Socialista en la capital portuguesa.
Aunque no hubo comunicados de prensa al final de la reunión, trascendió que Peres le dijo a Arafat que el plan de paz de Estados Unidos, que contempla siete días de completa calma, que llevarían a un periodo más prolongado de enfriamiento de las hostilidades, sólo puede llevarse a cabo si en verdad se observan siete días de completa calma. "Este tren no saldrá de la estación sin un fin definitivo a la violencia", dijo Peres a Arafat, según una fuente allegada al canciller israelí.
Arafat le dijo a Peres que los palestinos están tratando de poner un alto a la violencia pero que su misión se facilitaría si Israel mejora las condiciones en que viven los palestinos, como sería levantar los bloqueos de sus pueblos y ciudades.
A pesar de los esfuerzos de Powell para negociar un periodo de calma de siete días que lleve a una fase de enfriamiento en el conflicto para poner en marcha un plan de paz gestionado por una comisión encabezada por el ex senador estadounidense George Mitchell, las tensiones persisten.
Cuando Powell preparaba su salida, seis bombas de mortero fueron disparadas contra asentamientos judíos en la Franja de Gaza, que no causaron daños ni víctimas dijo el ejército israelí, pero que sí ensombrecieron las gestiones diplomáticas de paz.
Centenares de palestinos armados con piedras tomaron las calles de la ciudad cisjordana de Ramallah en una protesta contra la visita de Powell. Testigos dijeron que soldados israelíes hirieron a un palestino en Ramallah y a otros cuatro en una marcha separada en Cisjordania.
En Ramallah, los manifestantes quemaron banderas de Israel y Estados Unidos, a las cuales colgaron fotos de Sharon y Powell, y en la ciudad de Hebrón, escenario de enfrentamientos a principios de esta semana, los palestinos lanzaron bombas incendiarias contra asentamientos judíos, dijo el ejército de Israel.
A la violencia israelí-palestina se sumaron el viernes nuevos ataques de guerrilleros de Hizbollah en la zona fronteriza del norte de Israel con el Líbano, tras más de un mes de relativa calma.
Las guerrillas de Hizbollah hirieron a por lo menos un soldado en un ataque con misiles contra posiciones israelíes en la disputada región agropecuaria de Shebaa, dijo el ejército de Israel.
Algunos testigos en Líbano dijeron que varios aviones israelíes respondieron al ataque guerrillero disparando misiles contra tres posiciones rebeldes cerca del poblado fronterizo libanés de Kfar Shouba. Los testigos también dijeron que la artillería israelí impactó 14 viviendas, provocando el desplazamiento de residentes de la zona.
El alto al fuego gestionado por Estados Unidos ha reducido la violencia en la región, donde han muerto unas 600 personas desde que comenzó un levantamiento de los palestinos en septiembre pasado, en protesta a la ocupación israelí. Pese a las gestiones, los enfrentamientos no han cesado.
Atacantes palestinos mataron a una mujer judía de 27 años el jueves cuando conducía su auto. Fue la séptima víctima fatal israelí desde que se gestionó el alto al fuego. En el mismo lapso también han muerto ocho palestinos.