CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano pasó una prueba europea clave de transparencia financiera, pero recibió evaluaciones bajas por la efectividad cuestionable de sus supervisores bancarios y por la capacidad de su banco para rastrear transacciones sospechosas.
El Consejo de Europa dijo que en su informe difundido el miércoles que la Santa Sede ha realizado cometidos de gran importancia para eliminar su reputación de paraíso fiscal, rodeado desde hace tiempo por secretos y escándalos.
El informe dijo que el Vaticano cumplió a la letra, o con un grado elevado, nueve de las 16 recomendaciones internacionales "claves y fundamentales" para combatir el lavado de dinero.
Empero, otros siete apartados no dieron la talla, especialmente sus medidas contra el financiamiento al terrorismo y su organismo de supervisión, creado en 2010 para aportar más transparencia a sus operaciones financieras.
Según el informe, ese organismo no ha realizado aún inspección alguna y deben aclararse su cometido, independencia y directivos. Agregó que su capacidad para compartir información financiera con otros gobiernos ha sido afectada por la insistencia vaticana de firmar primero acuerdos bilaterales.
La Santa Sede adoptó los requisitos por temor a que Italia formulara demandas de información financiera al banco vaticano, donde tienen sus cuentas funcionarios vaticanos, diócesis y los miembros de congregaciones religiosas. La Santa Sede quería asegurarse que si facilitaba esa información a Italia, un acuerdo de reciprocidad obligaría a Italia a compartir información parecida con la Santa Sede.
La llamada Comisión Moneyval alabó a la Santa Sede por los progresos logrados en tan poco tiempo para cumplir las normas. El Vaticano tuvo evaluaciones aprobatorias en el 49% de los criterios, pero el informe dijo que es necesario seguir trabajando.
"Aceptamos con seriedad tanto las encomiendas como las críticas contenidas en el informe", dijo monseñor Ettore Balestrero, subsecretario de Estado y director de la delegación vaticana en la comisión Moneyval.
En especial, agregó, el banco del Vaticano, acosado desde hace tiempo por rumores y escándalos, debería ser supervisado independientemente y establecer normas para limitar la identidad de los poseedores de cuentas.