EL CAIRO.- Egipto cerrará el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir un préstamo de 4.800 millones de dólares "a finales de mayo o inicios de junio", pese a que faltan por resolver "algunas discrepancias sencillas", según el presidente egipcio, Mohamed Mursi.
El Mandatario explicó que las negociaciones para el préstamo, considerado vital para la economía del país árabe, van "en rumbo positivo" y concluirán después de que el Parlamento apruebe un paquete de reformas legales.
El presidente reconoció que el programa del préstamo incluye la "racionalización de los subsidios", sobre todo de los energéticos, aunque insistió en que el acuerdo no afectará a los ciudadanos con menos ingresos.
"Las negociaciones todavía continúan entre nosotros y el FMI. Preveo que terminaremos el acuerdo a finales de mayo o en el inicio de junio. Sin embargo, existen aún algunas discrepancias sencillas en los puntos de vista sobre cómo debe ser el acuerdo", señaló.
Según Mursi, la premisa para las autoridades egipcias es que el programa no debe afectar a quienes tengan ingresos limitados, mientras que el papel del FMI debe ceñirse a "prestar asesoramiento y experiencia en el ámbito del desarrollo económico".
El FMI explicó recientemente que Egipto podrá tener acceso a casi 2.000 millones de dólares del préstamo en el primer lote y recibirá el resto cada tres meses, mientras que el valor del crédito se devolverá después de tres años a una tasa de interés de entre 1,1% y 1,5%.
"Hay problemas inmediatos que hay que solucionar y que afectan al ciudadano como el tema de los subsidios, sobre todo a los combustibles", indicó Mursi, quien adelantó que "en unas pocas semanas" se despejará cómo se canalizan estas subvenciones estatales.
A lo largo de la entrevista, el presidente quiso dejar claro que no se suprimirán las ayudas públicas a los productos básicos y energéticos entre las capas sociales con menos recursos, pero que estos subsidios "tienen que ir a quienes lo merecen".
Expertos y economistas han alertado en repetidas ocasiones sobre el riesgo de un estallido social que puede suponer el recorte de los subsidios, si bien recuerdan que estos suponen más de una cuarta parte del presupuesto estatal, lo que hace necesaria una reforma.