Los uniformados fueron detenidos y deberán enfrentar a la justicia.
EFEBOGOTÁ.- Un coronel y un sargento del ejército quedaron detenidos en la Fiscalía que los investiga por la desaparición y homicidio en 2006 de una joven de 17 años a la que falsamente presentaron como una rebelde de las FARC, informó el domingo el ente investigador.
El coronel activo Saúl Valderrama y el también activo sargento primero Luis Narváez, quedaron detenidos cuando se presentaron en la sede principal de la Fiscalía en Bogotá donde habían acudido por la investigación del caso.
La Fiscalía investiga a los dos militares como coautores de los delitos de desaparición forzada y homicidio de Mely Johanna Durango Trujillo en marzo de 2006 en una zona rural de San José de Apartadó, en el departamento de Antioquia y a unos 480 kilómetros al noroeste de Bogotá, indicó la Fiscalía en un comunicado en su página de internet.
De acuerdo con los investigadores, Durango Trujillo fue detenida por unidades militares el 3 de marzo de ese año y el 7 de marzo hubo reportes de enfrentamientos entre unidades del ejército y las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con la muerte de una presunta guerrillera en una zona del departamento de Córdoba, vecino a Antioquia.
Investigación
El cadáver de esa presunta rebelde, vestido con un uniforme militar reportado como robado, "ocho días después (de reportarse su muerte) fue reconocida como Mely Johanna Durango Trujillo", indicó la Fiscalía en su nota.
El proceso investigativo concluyó "que el coronel Saúl Humberto Valderrama Pedraza, capitán del ejército para la época de los hechos; el sargento primero Luis Olmer Narváez Medina, que en 2006 se desempeñaba como cabo primero... tuvieron participación en los operativos que terminaron con la desaparición y muerte de la menor de edad".
En octubre de 2008, en una de las mayores purgas de las fuerzas armadas colombianas, el entonces presidente Álvaro Uribe y su ministro de Defensa, el actual mandatario Juan Manuel Santos, destituyeron a 27 militares -entre ellos tres generales del ejército- porque por acción u omisión habrían permitido el asesinato de 11 hombres de Soacha, un municipio vecino a Bogotá, que falsamente fueron mostrados como guerrilleros y delincuentes muertos en combates en una zona del noreste del país.
Tal práctica desembocó en un escándalo conocido como "falsos positivos", ejecuciones de civiles en distintos puntos del país que fueron presentados como rebeldes y criminales muertos en operaciones de la fuerza pública.
Al menos 3.000 colombianos fueron ejecutados extrajudicialmente por militares, sobre todo en los últimos cinco años, aunque hay registros similares desde fines de los años 80, de acuerdo con datos de la Fiscalía y de grupos no gubernamentales de derechos humanos.