CIUDAD DEL VATICANO.- Un grupo de inmigrantes latinoamericanos afincados en Chicago (EEUU) ya están en Roma para preparar el posible saludo al Papa Franciso durante la audiencia del miércoles y pedirle que se detengan las deportaciones en Estados Unidos e interceda a favor de la reforma migratoria que se debate en el Congreso estadounidense.
El grupo está compuesto por 11 personas, mientras que en las próximas horas llegarán a la capital italiana otro grupo de activistas procedentes de Los Ángeles (EEUU), entre los que destacan dos niñas: Una de ellas, Jessy Vargas, tiene 10 años y las autoridades migratorias están a punto de deportar a su padre.
El padre, Marco Mercado, delegado para la comunidad latina del arzobispado de Chicago, explicó a EFE que aunque la participación en la audiencia está asegurada, sólo el martes se les confirmará si pueden entrar en el área preferencial de la Plaza de San Pedro, la más cercana al papa y si podrán saludarlo y hablar con él.
Mientras tanto, la delegación de activistas, formada sobre todo por personas que trabajan desde hace años en Estados Unidos, acudirá mañana al Vaticano con sus pancartas para presenciar el rezo del Ángelus que preside Jorge Bergoglio.
Mercado expresó que están confiados de poder entregar al Papa un pliego con las peticiones para que pida al presidente Barak Obama que detenga las deportaciones, que bajo su Gobierno supera ya los dos millones de indocumentados.
Pues además, el día después de la audiencia, el jueves, 27 de marzo, el papa recibirá en audiencia a Barak Obama.
La delegación también quiere entregar al papa 2.000 firmas con las peticiones a favor de la reforma migratoria, así como cartas de la comunidad latina y dibujos realizados por los niños, así como una imagen de la Virgen de Guadalupe que ha viajado por todos los Estados Unidos.