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MONROVIA.- Los países africanos y la OMS intentaban este martes frenar la transmisión del virus ébola, que ha dejado casi 2.300 muertos en el oeste de África y amenaza incluso la "existencia" de Liberia, el país más afectado.
Ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el ministro liberiano de Defensa, Brownie Samukai, lanzó un llamada de auxilio: la enfermedad se propaga "como un incendio fuera de control" en Liberia y amenaza incluso "su existencia nacional".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió el lunes de miles de casos nuevos en los tres países más afectados -Guinea, Sierra Leona y Liberia- antes de finales de mes.
Desde principios de año hasta el pasado 6 de septiembre, la enfermedad mató a 2.296 personas de los 4.269 casos detectados, según el último balanc de la OMS. Sólo en Liberia murieron 1.224 personas.
Cerca de la mitad (47%) de estos fallecimientos se registraron en los últimos 21 días, indicó la organización. La actual epidemia de ébola es la más grave desde la aparición del virus en 1976.
Estados Unidos acogió el martes a un estadounidense contagiado, el tercero, que será tratado y puesto en cuarentena cerca de Atlanta.
La OMS reconoció que no sería realista querer detener la propagación del virus en zonas donde el número de casos "aumenta exponencialmente", como en Monrovia, la capital de Liberia, por lo que se propuso el objetivo de frenarlo.
"Perseguimos una estrategia en dos etapas: primero reducir la transmisión lo máximo posible y, cuando sea controlable, intentaremos detenerla por completo", dijo la doctora Sylvie Briand, directora de epidemiología de la OMS. Pero en países afectados como Liberia, la falta de medios es alarmante.
Liberia "no dispone de las infraestructuras, capacidades logísticas, (...) y medios financieros suficientes para hacer frente a la epidemia de manera eficaz", subrayó el ministro de Defensa.
