EDIMBURGO.- Dos importantes bancos británicos controlados en parte por el Estado, anunciaron que se trasladarían a Londres si Escocia vota a favor de la independencia, horas después de que un sondeo mostró una ligera ventaja para aquellos que quieren mantener una unión de siglos con Inglaterra.
La élite política británica se ha apresurado a movilizarse ante la perspectiva de que los votantes escoceses respalden la secesión en un referendo que se celebrará el 18 de septiembre, después de que una encuesta mostró por primera vez una ventaja para el "Sí" el fin de semana.
Los bancos británicos parcialmente nacionalizados Lloyds y RBS dijeron que se trasladarían a Londres si los escoceses deciden terminar la unión de 307 años con Inglaterra.
Lloyds, donde el Gobierno británico tiene una participación de un 25 por ciento y que controla Bank of Scotland, dijo que sus planes de contingencia incluían crear "entidades legales en Inglaterra".
RBS dijo que "sería necesario modificar el domicilio de la sociedad holding del banco".
El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, también cuestionó el futuro de la divisa de una Escocia independiente, diciendo que necesitaría grandes reservas en libras esterlinas si adoptaba la divisa británica sin un acuerdo con el resto de Reino Unido.
Eso amenazaría las promesas económicas del líder del Partido Nacionalista Escocés, Alex Salmond, que quiere un acuerdo para compartir la libra, algo que el resto de partidos británicos han descartado.
Los que se oponen a la independencia tomaron un respiro cuando el miércoles se publicó una nueva encuesta que mostró que el 53 por ciento de los escoceses votaría contra la división, y un 47 por ciento a favor de la independencia - sin variación frente al último sondeo del 28 de agosto.
Las cifras de la encuesta, llevada a cabo por Survation para el diario Daily Record, excluían al 10 por ciento de votantes que están indecisos.
Hasta hace pocas semanas, la campaña por el "No" había tenido una cómoda ventaja, según varias encuestadoras.
Los mercados financieros están pendientes de la posibilidad de que Escocia decida romper con el Reino Unido, probablemente quedándose con gran parte del petróleo y las reservas de gas del Mar del Norte, lo que genera dudas sobre el equilibrio británico de poder político y su pertenencia futura en la Unión Europea.