WASHINGTON.- Los legisladores más conservadores de la mayoría republicana de la Cámara de Representantes de Estados Unidos se han salido mucho con la suya en los últimos años. Eso podría estar empezando a cambiar.
Un grupo de legisladores más pragmáticos desertaron la semana pasada en una votación sobre inmigración, y esta semana forzaron a los líderes del partido a suavizar una legislación sobre el aborto. Tres semanas después de que comenzara la legislatura del nuevo Congreso bajo pleno control republicano, empiezan a dejar claro que ya no se mantendrán en segundo plano mientras sus colegas más inclinados por la ideología llevan la legislación a la derecha, piden votaciones sobre temas sociales o reclaman cierres del gobierno para intentar bloquear al presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
"Hay una creciente sensación en la conferencia de que tenemos cosas que resolver aquí, no sólo hacer declaraciones políticas", afirmó el representante Carlos Curbelo de Florida, nuevo en la cámara. "Debemos centrarnos en la agenda del pueblo americano y no en celebrar un número infinito de votaciones simbólicas que no van a conseguir nada".
La mayoría de estos legisladores se describen a sí mismos como conservadores, pero con una estrategia más práctica y próxima al mundo empresarial, y sin la pureza poco dada a compromisos de algunos miembros de la derecha. Algunos, como Curbelo, fueron elegidos en distritos donde Obama había ganado antes y los republicanos lograron impactantes victorias en noviembre. Tienen la vista puesta en presentarse a la reelección en 2016, en un año de elecciones presidenciales donde la participación demócrata podría ser mayor.
Ahora están detrás de una nueva dinámica en la Cámara Baja, después de años en los que los conservadores del caucus del partido parecían marcar el camino. Los líderes republicanos se vieron forzados a una bochornosa retirada tras otra en legislación, y en otoño de 2013, el gobierno federal se vio sumido en un cierre parcial de 16 días tras un intento fallido de revocar la ley de seguro médico de Obama.
En parte, el cambio se debe a que hay más de estos legisladores nuevos. Y, afirman, las apuestas son más altas ahora. Con el Senado bajo control republicano, la legislación aprobada en la Cámara tiene ahora una posibilidad de acabar en el escritorio de Obama.
"Sabíamos que buena parte de la legislación que aprobábamos en el pasado no iba a llegar a ninguna parte en el Senado; sabíamos que Harry Reid no iba a someterla a votación", señaló la representante Renee Ellmers, republicana de Carolina del Norte, que lideró la rebelión esta semana contra el texto sobre el aborto. "Ahora todo lo que hacemos debe ser muy cuidadoso, debemos tener mucho cuidado con la legislación que presentamos, porque ahora tenemos esa oportunidad de que se apruebe en el Senado".
En efecto, la cámara aprobó en 2013 una ley sobre aborto casi idéntica a la que los líderes se vieron forzados a aguar en esta ocasión, y que habría prohibido casi todos los abortos tras las 20 semanas de gestación. En cambio, la ley aprobada el jueves para coincidir con la Marcha por la Vida anual, prohibiría la financiación federal del aborto, algo que en su mayor parte ya está en vigor.
Cuando el nuevo Congreso comenzó su andadura a principios de mes, los conservadores parecían encaminados a seguir marcando el paso. Dos docenas de conservadores votaron contra el presidente de la cámara, John Boehner en la votación de investidura, sin lograr derrocarle pero presumiendo de unas deserciones históricamente altas. Después, cuando los republicanos intentaron aprovechar el presupuesto del Departamento de Seguridad Nacional para oponerse a las medidas ejecutivas de Obama sobre inmigración, los conservadores presionaron para introducir cláusulas que revocaban la protección concedida por Obama a los inmigrantes que llegaron de forma ilegal al país de niños, exponiendo a esos jóvenes a una posible deportación.
La enmienda se aprobó la semana pasada, pero por un estrecho margen ya que 26 republicanos se opusieron. El miércoles, las preocupaciones sobre las divisiones internas quedaron patentes cuando varios legisladores se rebelaron contra la versión inicial del texto sobre el aborto, forzando cambios y abriendo un nuevo desafío a unos líderes que hasta ahora se preocupaban sobre todo por su flanco derecho.
"La primera semana tuvimos una elección de presidente que no fue tan bien como a muchos de nosotros nos habría gustado. La segunda semana tuvimos una gran pelea sobre la deportación de niños, de nuevo algo sobre lo que muchos no queríamos tener una discusión. Ahora en la tercera semana estamos hablando de violación e incesto y violaciones denunciables, incesto en casos de menores pero no en mujeres mayores de edad. No puedo esperar a la cuarta semana", dijo el representante de Pennsylvania Charlie Dent. "Mi opinión en este asunto es que prefiero que como conferencia republicana evitemos estos muy polémicos asuntos sociales".