Tabaré Vázquez, Presindente electo de Uruguay.
EFE (Archivo)MONTEVIDEO.- Tabaré Vázquez asumirá mañana su segunda presidencia en Uruguay con desafíos económicos y sociales por delante, y la complicada herencia de llevar la marihuana a las farmacias. La última, una medida resuelta por José Mujica que el Mandatario electo ve con desconfianza.
Tabaré, médico socialista de 75 años, abanderado de la lucha antitabaco, vuelve al poder en un país que tras una década de gobierno de izquierda ostenta una economía saludable, que sumó en 2014 doce años de crecimiento, una tasa de desempleo en mínimos históricos y una notable reducción de los niveles de pobreza.
De todas formas, en un momento en el que sus vecinos y principales socios comerciales Argentina y Brasil se desaceleran, a diferencia de su primer gobierno Vázquez no contará con el "viento de cola" de la región y deberá en cambio enfrentar un probable enlentecimiento y contener un creciente déficit fiscal.
"Parte del crecimiento económico de los últimos dos años probablemente se dio a expensas de un deterioro de algunos equilibrios macroeconómicos", advirtió esta semana el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte, al local canal 10.
Según el economista, "en los próximos dos o tres años no deberíamos ver ningún aumento del gasto público en términos reales para permitir una reducción del déficit" y para moderar la inflación -que se ubica por encima del rango meta de entre 3% y 7%- "es necesario una moderación del ritmo de aumento de los salarios", que de la mano de la izquierda crecieron fuertemente.
Por su parte, Vázquez ha asegurado que su nuevo gobierno "no será más de lo mismo" y prometió atacar "temas vertebrales de la agenda del país" como inseguridad pública, educación, salud e infraestructura, áreas en las que el saliente Mujica ha admitido que no logró los avances deseados.