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Atento al flash

Dos llenos totales en las presentaciones del grupo californiano, una de esas bandas ciento por ciento profesionales en las que los desbordes quedan totalmente eximidos del libreto.

12 de Octubre de 2007 | 13:36 |
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Brandon Boyd, del djembé a la eléctrica. Un show por separado.

Ricardo Vásquez

Calan en una generación que está pasada para disfrazarse de emo y muy joven para enganchar con la nostalgia por los ochenta. Anoche los fanáticos de Incubus, el quinteto californiano que se desprendió del nü metal para ejecutar rock a secas, colmaron el Arena Santiago en la primera de dos noches que se cierran hoy en el mismo lugar.

Veinteañeros que presenciaron un concierto más intenso en la cancha y las graderías, que en el propio escenario. Incubus es el paradigma del rockero profesional -el tipo de músicos que invierten horas y horas en ensayos-, pero también una banda tan ajustada que resulta algo contenida. Porque los desbordes están totalmente eximidos del libreto que les impulsa sobre el escenario.

Con tres lustros de carrera, los californianos están listos para el álbum de grandes éxitos. El público coreó a todo pulmón cortes como "Wish you were here", "Are you in?", "Oil and water", "Nice to know you" y "Megalomaniac", entre una decena de canciones reconocibles.

Su rock influenciado por emblemas de la costa oeste como Faith No More -la impronta vocal de Mike Patton en el cantante Brandon Boyd es notoria-, tiene sabor propio. Las canciones de Incubus son de estelas melódicas, a veces duras y experimentales, otras con ligeros sabores a jazz.

Pero hay algo en las maneras escénicas de la banda que parece demasiado atento a la foto. Por algo los chillidos femeninos colmaban el Arena, sobre todo al momento en que Boyd quedó con su cuidado torso al desnudo. No fue un gesto de rock salvaje, sino el tic de un cantante que se ha pasado mucho rato viendo sus propios videos.

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