Sueltas

Alguna vez Lilits fueron una banda de rock dedicada sobre todo a tocar rápido y ruidoso, a tono con la música punk de sus inicios en 1999. Si el primer disco de este grupo chileno, Lilits (2005), fue cinco años después un retrato claro de esos comienzos, el segundo, Sueltas (2009), ahora es una prueba mejor de lo que han crecido en estos otros cinco años, con canciones más matizadas y elaboradas.

Al mismo tiempo es un disco urgente, cruzado sobre la marcha por el arribo de la guitarrista Bernardita Segunda en 2009 tras el alejamiento de Lore Lagata, quien dejó grabadas diez de estas once canciones antes de partir. Y Sueltas es un buen nombre, porque vale para la soltura de la batería en diversos ritmos y de la guitarra entre el punk, el grunge y hasta el ska en distintas intensidades. La misma variedad se oye en los buenos acordes nirvaneros de "Contra reloj" o "Te frustra no ser Dios" al lado de la auténtica sorpresa de "Niña engreída", fiel a la canción original del grupo pop Viena en 1986 y mejor traducida a la crudeza de un trío de rock. Y es de lo mejor el estilo con que la baterista Javiera Zebra sube al doble o baja a la mitad como quiere las revoluciones por minuto con que toca su doble platillo en las distintas partes de "Hay algo" y en "Reacción": siempre cambia la velocidad de sus baquetas pero nunca cambia el pulso de la canción.

Parte de esos avances cuadran con el trabajo del grupo junto al músico Andrés Godoy, rockero de vieja guardia y productor de experiencia en diversos discos previos. Si un tema parece pendiente es el sonido, que no siempre refleja la potencia ni la definición de los timbres de un buen concierto de Lilits, pero sí es un adelanto en relación al primer disco. Así también han avanzado las letras y la convicción con que la bajista Masiel Asecas llega a masticar esos versos. En una canción previa como "Dime" Lilits probaron ser sarcásticas, pero ahora hay momentos más logrados como el desdoblamiento que la cantante consigue en "Puertas adentro": "Ahí estoy, tirada, puertas adentro, pestillo puesto", son las últimas palabras de una letra contra la brutalidad doméstica. Antes Lilits tocaban rápido y ruidoso como muchos otros grupos. Ahora suenan más como ellas mismas, que por lo demás es lo mismo que dicen en otra de las mejores líneas de este disco: "Una también tiene su naturaleza".