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I look to you

06 de Noviembre de 2009 | 17:10 |
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Un auditor de radio promedio se debe haber quedado en la historia a la altura de 1993, cuando Whitney Houston marcó un éxito inapelable para la historia con la canción de la película "El guardaespaldas". Un consumidor de telechatarra importada tendrá noticias más frescas, con las frecuentes apariciones extramusicales de la cantante desde en un reality show decadente como pocos en la tevé estadounidense hasta en noticias de tabloides relacionadas con su tormentosa y destructiva relación conyugal contra el rapero Bobby Brown.

Así ha estado Whitney Houston, alguna vez dueña de una de las voces más espectaculares -aquí vale ese adjetivo- de las últimas tres décadas de pop internacional. Pero con I look into you, su séptimo disco, la diva recupera algo del brillo de otros días mejores. Aunque corren tiempos en el que las asesorías multi-lujosas de zares como Timbaland o The Neptunes han vuelto cada vez más llamativo el ítem de producción en los discos de R&B, pop o hip-hop, Whitney Houston viene aquí a poner pausa, incluso si está rodeada de un equipo de compositores como Alicia Keys, Diane Warren o R. Kelly que, a estas alturas, además por generación corresponden a sus herederos.

Algunas bases programadas y otros tantos ritmos ligeros con sonido no electrónico apresuran un poco el pulso del disco, aunque hay una mayoría de baladas que, más contemporáneas y todo, se vienen a sumar al historial de éxitos previos como "Saving all my love for you" (1985), "The greatest love of all" (1985), "All the man I need" (1990) o la citada "I will always love you" (1993). En cambio lo que no se oye por ningún lado es el sentido más rítmico de otra serie de éxitos previos de la cantante, desde "How will I know" (1985) y "I wanna dance with somebody", "Love will save the day" o "So emotional" (de 1987) hasta "I'm your baby tonight" (1990) y la intención aun mayor de "It's not right but is ok" (1998). Esa Whitney Houston simplemente feliz es la que parece ya no estar, para dar paso a una mujer madura que canta versos confesionales como "I didn't know my own strenght". Y es interesante que tampoco se oigan los alardes vocales con que la diva se adelantó a seguidoras tan connotadas como Toni Braxton o Mariah Carey en los '90. No es claro si porque la sobriedad dictó otra cosa o porque su capacidad vocal no es la misma, pero lo cierto es que, aun con menos brillos, la suya sigue siendo una voz noble.

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