J. M. Coetzee y Paul Auster acudieron a la Feria del Libro de Buenos Aires tras visitar Chile la semana pasada.
Feria del Libro de Buenos Aires.BUENOS AIRES.- El escritor estadounidense Paul Auster no no usa celular, prefiere las cartas a los correos electrónicos y escribe sus cuentos y novelas a mano, en cuadernos, pues no tiene una buena relación con las nuevas tecnologías.
"No puedo componer nada ante el teclado. Ni siquiera escribo cartas ahí", declaró en una entrevista que publica hoy el diario "La Nación".
"Siri (Hustvedt, su esposa, también escritora) tiene un e-mail y se queja todo el tiempo porque dice que nunca llega a contestar todo; todo el mundo se siente sobrepasado, mis amigos se sienten infelices con el e-mail a pesar de que es muy conveniente", aseveró el autor de "La trilogía de Nueva York".
"Pero yo la verdad no quiero estar en tanto contacto con la gente. Y pienso que si alguien necesita encontrarme lo va a hacer de algún modo. Soy una de las pocas personas que todavía usa el teléfono (fijo)", subrayó. Tuvo un teléfono celular, pero se lo regaló a su hija.
Auster consideró que "toda la gente quiere hacer grandes reclamos en favor de las nuevas tecnologías". Sin embargo, si "pensamos lo que pasó desde la revolución industrial vemos que primero decían que el tren iba a cambiar el alma humana y simplemente hizo que la gente se moviera más rápido; después, que los aviones iban a liberar tiempo y espacio y las computadoras iban a alterarnos los cerebros", señaló.
"Pero lo que la gente se olvida es que nosotros tenemos cuerpos, que somos nacidos del cuerpo de una mujer y que tenemos dolores, emociones, que amamos, odiamos, nos enojamos y después nos morimos. Y las computadoras no nos van a salvar del tiempo. Entonces realmente no sé cómo la vida es tan distinta con computadoras", sostuvo.
Auster aseguró que aún escribe sus cuentos y novelas a mano y luego los pasa en limpio con una antigua máquina de escribir manual, no eléctrica. "Son viejos hábitos", admitió el neoyorquino, quien dijo sentir una conexión directa entre el pensamiento y la escritura manual.
"Es como yo empecé a escribir cuando era un chico. Tenía un lápiz en la mano y producir palabras se me hizo natural. Luego fue una especie de vínculo neurológico entre mi pensamiento y mi mano y entonces las palabras salían de la lapicera. Pero es simplemente un método, hay muchos métodos para escribir. Con éste es con el que me siento más cómodo".
El escritor, de 67 años, reconoció no obstante que es "muy desprolijo" y que ni él mismo entiende a veces sus manuscritos, por lo que luego los tipea en la antigua máquina de escribir que utiliza desde hace décadas y de la que atesora un stock de carretes como para cinco años, ante el temor de no poder conseguirlos luego.
"Lo bueno acerca de eso es que no necesita electricidad. Por supuesto hay máquinas de escribir eléctricas, pero a mí nunca me gustaron porque hacen ruido y todo el tiempo parece que te está diciendo apúrate, apúrate, más rápido, más rápido. Entonces, a mí me gusta el silencio de mi máquina de escribir manual", explicó.
Auster viajó a Argentina para presentar junto al Nobel de Literatura John Coetzee el libro "Aquí y ahora", que compila las cartas que intercambiaron ambos escritores entre 2008 y 2011, en la 40 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Ambos fueron distinguidos este lunes como doctores Honoris Causa de la Universidad de San Martín. La dupla vino la semana pasada a Chile.