''13 cuentos no aptos para depresivos'' está en librerías por un valor promedio de $10.500.
Ril EditoresSANTIAGO.- Libros como "¿Quién era Jaime Guzmán?" o "Historia de Chile 1891-1994", ya habían transformado al abogado Cristián Gazmuri no sólo en una voz autorizada dentro de la historiografía y el ensayo, sino además en un pequeño "superventas" dentro de esos géneros, tan difíciles comercialmente.
Por esto, los libros no eran cosa nueva para él, pero sí lo era la literatura, ámbito en el que ahora también decidió recalar, con una antología titulada "13 cuentos prohibidos para depresivos" (Ril Editores, $10.500).
Podría pensarse en un título con una cuota de humor negro, y algo de eso hay, pero esta vez también hay que leer esa frase con algo más de literalidad: Porque efectivamente los depresivos son figura estelar en este libro, ya sea como lectores descartados, como público objetivo, como protagonistas o como autores.
"La depresión ha estado con el hombre a lo largo de toda su historia, y en esta época actual va subiendo. Además es una enfermedad hipócrita, porque la gente se ve aparentemente bien. Es un mal terrible, para el que no se ha encontrado remedio", dice Gazmuri acerca de los motores que lo movieron en esta "volada" literaria, como la llama.
Él mismo sufrió esta enfermedad en algún momento, y parte de su refugio estuvo en los clásicos que hoy antologa: Antón Chejov, Arthur Conan Doyle, Franz Kafka, H.P. Lovecraft, Edgar Allan Poe y Oscar Wilde, entre otros, "me permitieron comprenderla mejor (a la depresión), en lo malo y en lo bueno. Sobre lo último, que el depresivo es una persona frágil, normalmente buena. Y en lo malo, que se vive una especie de infierno en vida".
Por eso estos cuentos no son lindos, precisamente. "Son terribles, algunos hasta morbosos", aclara. De este modo, hay muerte, hay pesadillas y hay padecimientos en los trece relatos que integran esta obra, casi todos estructurados a partir de una narrativa asfixiante e inquietante, que es introducida con una breve reseña de Gazmuri acerca del autor.
Y adivine qué tienen todos en común: Fueron depresivos o tuvieron problemas complejísimos. "En algunos casos, el personaje central es muy depresivo. En otros casos, no tanto, pero sí lo fue el autor. Hay varios que tuvieron vidas terribles", cuenta el historiador.
Pero esto no es una apología, por cierto. A través de este resumen literario, el compilador quiere llamar la atención sobre la enfermedad que lo convoca, y buscar que los lectores empaticen con ella. Mal que mal, en el universo de quienes la padecen, también puede haber auténticos genios. Como los trece que aquí se reúnen.