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A.K.A.

Podrá probar distintos alias, desde baladista hasta melodramática, pero la J Lo que sigue funcionando es la que apuesta a vender sexo, como queda claro en el irregular disco nuevo de la cantante.

23 de Junio de 2014 | 08:45 |
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A.K.A. es la abreviatura de "also known as", es decir "también conocido como", o sea, otra forma de decir "alias". Y según las variedades que se oyen en su octavo disco, tiene sentido que aquí la intención de Jennifer Lopez sea mostrar que hay otras formas de conocerla, por más que para presentar este álbum haya partido con una canción tan jenifferlopezca como "I luh ya papi", desde el título para adelante y con su correspondiente clip rodado en mansiones y yates.

Hasta una pizca de publicidad engañosa puede haber en ese single, porque en A.K.A. efectivamente no es ése el modo que predomina. Junto al producto sexy-bailable-latino que J Lo ha explotado como especialidad principal de la casa, aquí también hay pop de bases electrónicas, composiciones con afanes épicos y baladas. Y el balance final es que no le va tan bien en todas esas vetas. Cuando baja las revoluciones baja también el promedio del disco, en las dos canciones de pulso lento incluidas aquí. En "Let it be me", una balada común que recuerda los acordes de una canción tan convencional como la ochentera "Hello", de Lionel Richie, muestra una intepretación correcta en el mejor de los casos. Y aunque hace su mejor esfuerzo, la voz es tersa cuando podría ser vibrante, cede en volumen cuando debería ser más fuerte y termina en susurros cuando lo propio sería culminar en lo alto. Y en "Emotions" se adentra en un registro dramático que le exige más de la cuenta, y le juega alguna mala pasada con la afinación, defecto difícil de perdonar en la era de las cantantes prefabricadas por la vía del autotune. Eso sin mencionar que uno de los versos de "Emotions" es "I feel good cause I don't feel bad". Traducción: ella se siente bien porque no se siente mal. Excelente como redundancia.

En esos momentos melódicos, la J Lo de A.K.A. es la que cantó baladas "latinas" en su disco Cómo ama una mujer (2007). Cuando declara "I'm the same Jenny from around the way" en "The same girl" (canción de la versión extensa del disco) trae de vuelta al personaje de "Jenny from the block", uno de los hits de This is me... then (2002), su tercer disco. Y tampoco es nuevo para ella incursionar en el pop, a partir de hits tan iniciales como "If you had my love" en On the 6 (1999) o "Love don't cost a thing" en J. Lo (2001), sus dos primeros álbumes.

Momentos como ésos son los más logrados en el disco nuevo, cuando se vuelve juvenil y agresiva en "First love" o incitante en "Acting like that". O cuando de plano apela a su identidad e incluso a su biotipo más reconocible, en las dos canciones mejor producidas y más desinhibidas. Eso es lo que ella sabe hacer mejor: Vender sexo con un supuesto mensaje antimachista que en el fondo es reaccionario, o sea "I luh ya papi"; y vender sexo sin molestarse en disimularlo, o sea "Booty", que es una canción sobre tener un bonito trasero. "Baby, tu trasero es una estrella de cine / ganador de todos los Oscar", le viene a decir aquí entre otras cosas su socio frecuente Pitbull, y Jennifer Lopez es más fiel a sí misma en ese plan que con ningún alias.

David Ponce

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