"Me pude haber quedado en las baladas, pero el artista debe arriesgar"

"¿Quién es Áxel?", se preguntaron muchos en el verano de 2007, cuando en la parrilla del que es considerado como el mejor Festival de Viña en la era Canal 13, aparecía un nombre que aparentemente poco y nada tenía que ver con los pergaminos de Ricky Martin, Gustavo Cerati y Tom Jones. Pero esa noche del lunes 26 de febrero, el argentino borró los prejuicios de un plumazo: Sus temas "Tu amor por siempre", "Amo" y "Qué estás buscando" fueron coreados de principio a fin por la Quinta Vergara, y el cantautor clavó su bandera en Chile.

Desde entonces ya van varias vueltas de Áxel Patricio Witteveen, la última de ellas este mes, para mostrar a sus seguidores locales su más reciente creación: Tus ojos, mis ojos, su séptimo disco desde 1999. El álbum lo diversifica: Suena un coro para estadios en "Sólo una vez", aires de soul en "Dame un beso", y sonidos del interior argentino en "Somos uno". ¿Baladas? También, pero no es la norma esta vez.

"Aunque en algunos discos lo logré más que en otros, siempre busqué una variedad de canciones. No soy de los que le gusta encerrarse en un solo género y decir 'sos esto, tenés que hacer baladas toda tu vida'. No, me gusta innovar, refrescarme, porque es también una manera de sorprender a la gente, que ellos vean que el artista busca crecer, darles algo nuevo. Y esa búsqueda me salió mejor en este disco", dice con algo de orgullo.

"Es un disco muy variado, y eso buscaba: Que la gente encuentre aquí un abanico que los lleve de un estado a otro, por diferentes emociones. ¡Incluso termina con una canción de cuna ("Duerme ya")! Algo medio bossa nova, medio Caetano (Veloso). Hay una evolución muy notoria en este disco, en relación con lo anterior", agrega.

-¿Sientes que propuestas como la tuya logran ampliar un poco la mirada de un público como el romántico, que suele ser un más bien estático? Quizás el nombre del disco, Tus ojos, mis ojos, hasta se puede relacionar con eso...
-Es un poco de todo. Por ahí el público puede estar estático porque el artista no le propone moverse. Si uno se encierra en las cuatro o cinco baladas con que pegó en su carrera, es como 'bueno, para qué cambiar si de esa manera va todo bien'. En mi caso, tuve muchas baladas fuertes en todo el continente, me pude haber quedado ahí, pero el artista debe arriesgar, proponer, porque el público siempre está deseoso de abrir su cabeza y escuchar cosas nuevas. Yo lo que busco siempre es eso. Hoy a través de internet el público escucha de todo. Se meten en YouTube a una canción romántica, y a través de las sugerencias que les van apareciendo terminan escuchando Kings of Leon. Tú les puedes dar eso también: Algo más rockero o más bailable. Y en cuanto a las letras, no siempre hablar del amor a la pareja, sino hablar de todo.

-Después de 15 años de carrera discográfica, ¿qué punto crees que marca este álbum?
-Siempre es un volver a empezar. Todos los discos son un escalón que se sube, un pasito hacia el crecimiento, hacia llegar a más gente. Por Twitter, un chico de Chile me dijo "no te conocía, pero con este disco te conocí y me enganché. ¿Te molesta que me haya tardado tanto?". Me causó gracia, así es que le mandé un mensaje directo: "No maestro, al contrario, gracias por empezar a seguirme, tienes mucho por descubrir". Cada disco permite que la gente te descubra, y yo descubrir gente nueva. Me pasa que en cada disco me pregunto "¿a la gente, incluso a la gente que me sigue, le gustará lo que hice ahora?". No hay nada seguro, uno tiene que esforzarse y trabajar.

-¿Te pasa mucho lo de ese chileno? Al parecer en Chile mucha gente ha escuchado tus éxitos, pero no los relaciona con tu cara o con tu nombre. Quizás eso mismo te permite ser aún novedoso...
-Me ha pasado, sobre todo ahora que saqué como primer sencillo el tema "Afinidad", que es más pop y más moderno, y tal vez tenía acostumbrada a la gente a sacar como primer sencillo una balada. Hasta el público de siempre se sorprendió. Y acá en Chile pasa eso que dices, y es trabajo de cada visita que vayan haciendo las asociaciones. Es algo de siempre y me gusta, porque hace que uno esté enfocado, siempre dando lo mejor.

-¿Qué recuerdas de tu paso por el Festival de Viña en 2007?
-Fue muy emocionante, inolvidable. Yo era muy nuevo en Chile, llevaba poco más de un año viniendo, pero tenía tres canciones muy fuertes, y fueron las que canté como jurado. Fue muy emocionante recibir esa respuesta de la gente, y lo agradezco mucho. Ojalá vuelva un día.