Mario Vargas Llosa durante la ceremonia en Lisboa.
EFE.LISBOA.- El nobel de literatura peruano, Mario Vargas Llosa, hoy recibió otro doctorado "honoris causa", esta vez en la Universidad Nova de Lisboa.
El título se suma a los que antes le cedieron instituciones como Yale, Oxford, Harvard, la Universidad de Lima, de San Marcos, de Granada y La Soborna, entre otras.
En su discurso de aradecimiento, el escritor defendió la literatura como "arma" para combatir los "demonios y males" de la sociedad.
El autor reivindicó en su discurso el "compromiso cívico" del escritor y el papel de la literatura como una herramienta para espolear el espíritu crítico de los ciudadanos.
Además reflexionó sobre la "polémica" abierta entre autores contemporáneos que opinan que la literatura consiste en un "entrenamiento y placer" y que otorgarle una función política puede resultar "arrogante", frente a aquellos "más anticuados" que ven en este arte un significado más social.
Vargas Llosa se identificó con este último grupo y defendió que "con las palabras se puede influir en la historia" y la pérdida de este objetivo en la obra literaria "empobrecería" a la sociedad en su conjunto.
En su opinión, ese poder de la ficción literaria se manifiesta en especial en dictaduras y gobiernos que buscan el control de la cultura como un mecanismo de restricción social.
"La literatura es aparentemente inofensiva", señaló, pero esas "músicas creadas con palabras" son las responsables de denunciar que "la realidad está mal hecha" y de "mantener vivo ese espíritu de insatisfacción" en la sociedad.