"Un sube y baja de emociones", es el concepto que usa Luis Fonsi para resumir el show con el que
este martes se presentará una vez más en Chile, en Movistar Arena. "Trato de mezclarlo y confundir a la gente, que no sepan si sentarse o pararse de su silla", agrega, y para ello se vale de todo: "Voy con músicos nuevos. Voy con metales por primera vez, y se incorporan en canciones que no tienen metales. Hay momentos súper íntimos, un momento acústico en que nos acercamos más al público, con versiones más desnudas. Es un nuevo ciclo, y la parte visual también dará cuenta de que es otro show".
Pero no es que el puertorriqueño quiera cambiar por cambiar. Todos esos nuevos aires en vivo son el correlato de un ánimo que lo inunda desde la preparación de su octavo disco, titulado sencillamente
8 y publicado este año, tras un proceso que lo tuvo grabando en los estudios Abbey Road de Londres, bajo las órdenes del sueco Martin Terefé.
"Quise salirme un poco de la rutina y de mi área de confort", dice sobre el trabajo que culminó en esa nueva placa. "Quería que alguien me jalara para otro lado y me obligara a ver las cosas desde otro punto de vista. Ése fue el propósito de irme a Londres y de rodearme de músicos que no conocían mi música, que no sabían qué canciones habían y no habían funcionado en mi carrera".
Pero tampoco es que Luis Fonsi haya dejado de ser Luis Fonsi. "Sigo manejando la misma combinación de balada, pop y rock. Mi estilo no cambia, pero sí la manera de llegar ahí. En Londres trabajé con músicos de distintas partes del mundo, con distintas influencias, aunque las canciones siguen siendo mías, eso no cambia. Pero la decoración sí cambia, hay un sonido mucho más crudo, orgánico, en vivo, y me gustó. Y se nota la madurez en la composición, que es algo importante para mí, que las canciones se sientan muy personales".
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¿Influyó en eso tu momento personal? Entre el disco anterior y éste te casaste, tuviste una hija...
-Totalmente, todo lo que uno atraviesa a nivel personal es imposible esconderlo, sobre todo cuando escribes tus canciones, que tienen que nacer de un lugar muy real. Cuando hablo de mi hija, ese amor es imposible esconderlo. En este disco está "Llegaste tú", que canto con el maestro Juan Luis Guerra, y que se la dedico a mi hija, la escribí pensando cien por ciento en ella. Esa emoción yo no la tenía antes, y ahora al salir al escenario me da otro tipo de inspiración, de mentalidad, de tranquilidad.
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Esa canción que mencionas además es una bachata, un género en el que antes no habías explorado...-Yo creo que mi estilo está súper marcado, pero es bonito aventurarse en géneros que no estén tan alejados de lo que uno hace. Para mí una bachata no es tan distinta de una balada. "Llegaste tú" la escribí como una balada acústica, y desde entonces la pensé como un dúo con Juan Luis Guerra. No es que se me ocurriera a última hora, sino que fue todo fríamente calculado, como una canción que vocalmente y musicalmente calzara con Juan Luis. Y él hace bachata. Por eso, quise encontrarme en un punto medio entre lo que hace él y lo que hago yo, y escribí esta especie de bachata acústica. Y si me aventuré a probar este género, es porque lo estoy haciendo con el maestro de maestros.
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No es la única exploración de 8. En un tema como "Cansada", pareces acercarte con mucha decisión al bolero...-Cada canción tiene su historia, en este disco hay algunas que nacieron en aviones, camerinos, noches de insomnio, o simplemente en estudios de grabación. Casi siempre las baladas son las que
llegan, como "Cansada", como "Llegaste tú". En cambio las más rítmicas, uno se sienta en el estudio y empieza a construir alrededor de la onda musical. Pero quise hacer un disco variado, en el que hay temas alegres y rítmicos como "Corazón en la maleta", y temas como "Cansada", que es muy acústico, con mucha elegancia, una melodía más compleja. Eso quería, un disco con profundidad, no un disco lineal.
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Y el hecho de grabar en Abbey Road, ¿fue para darse un gusto, en un lugar tan emblemático y de tanta calidad técnica, o también buscabas dotar a 8 de cierto aire británico?-Justo ése es el propósito, por eso me voy y trabajo con Martin Terefé, que es sueco, lleva muchos años en Londres y curiosamente habla español perfecto, lo que me da la seguridad de que sabe lo que estoy cantando. Sí, hay una influencia británica, la mayoría de los músicos eran ingleses, tienen ese tipo de influencias. Me gusta que me empujen para otro lado, porque, si no, hago los discos yo solito, en el estudio de mi casa. Pero no quiero.
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Cuéntanos del concierto de este martes, ¿es 8 el protagonista?-Mi disco
8 está muy presente, está funcionando muy bien y la gente quiere escucharlo. Muchas de las ciudades a las que voy en esta gira son ciudades que visito con frecuencia, entonces quiero que la gente vea un nuevo show. Por eso hay nuevos arreglos, del disco nuevo toco siete canciones, que es bastante. Expandí el repertorio con canciones muy nuevas y muy viejas, del primer disco. Hicimos varios medleys, para cantar pedacitos de canciones importantes que no cantaba hacía muchos años. A nivel de repertorio, es la gira con más profundidad, hay muchas canciones, muchos nuevos arreglos, y obviamente los hits que la gente quiere escuchar.
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A propósito de hits, y después de tantos años cantándolos, ¿eres de los artistas que los arregla para no aburrirse?-Es algo que se hace, pero yo creo que hay canciones que uno no debe tocar, que no es importante hacerles nuevos arreglos, pero también hay otras más viejitas que si las tocara de la manera en que fueron grabadas, no estarían en sintonía con la evolución de mi sonido, de mi voz, con la banda de esta gira. Tiene que haber un hilo conductor en todo. A "No me doy por vencido", no es importante ahora mismo cambiarla de género. Pero en vivo uno siempre hace cosas diferentes, toco tanto con mis músicos que poco a poco vamos agregando detallitos. De eso se trata, de encontrar el balance entre nuevos arreglos y la esencia original.