Colin Firth aceptó el papel inmediatamente tras recibir la propuesta del director Matthew Vaughn.
20th Century Fox.SANTIAGO.- Pese a que ha hecho más de 70 películas y a que ganó el Oscar por su rol como George VI en "El discurso del Rey", el actor británico Colin Firth consideró un verdadero desafío su última película, "Kingsman: El servicio secreto", debido a que por primera vez tenía que lucir sus habilidades fisicas
Sin perder su inquebrantable elegancia, Firth dispara, corre, da puñetazos y salta por el aires en esta comedia de acción que es algo así como un homenaje a las películas de James Bond, bajo la batuta de Matthew Vaughn ("X-Men: First Class", "Kick Ass"), un director al que el actor no se pudo resistir.
"Cuando me ofrecieron el papel lo medité profundamente... durante unos 30 segundos", bromea con el rostro imperturbable y, después de una pausa añade: "Ni siquiera vi el guión, fue una conversación con Matthew, pero estaba bastante seguro de que quería hacerlo".
En realidad ya había demostrado que los retos lo estimulan en "Mamma Mía" (2008), donde se lanzó a cantar las canciones de Abba (pese a no ser nada fan del grupo sueco) o en "A single man" (2009), la opera prima del diseñador Tom Ford, en la que puso rostro y verdad al duelo de un profesor de literatura gay en el Estados Unidos de los 60.
Esta vez, la mayor dificultad fue ponerse en forma para las escenas de acción, un logro del que ahora se declara "orgulloso".
"Al principio pensé que no sería capaz y que tendría que recurrir a un especialista en todas las escenas de acción, mientras yo esperaba tranquilo y feliz en mi caravana", admite.
Pero el director y los propios especialistas lo convencieron. "Fue mucho esfuerzo, dolor, intimidación y resistencia por mi parte. Al principio no quería, no me gusta sufrir, tengo más de 50 y nunca he hecho escenas de acción, pero conseguir lo que he conseguido es muy satisfactorio", confiesa.
Hasta tal punto está satisfecho que no le importaría repetir la experiencia. "Aprender una nueva habilidad física siempre es difícil. No voy a decir que llegó a ser fácil, pero sí que llegó un momento en que fue mucho más divertido y me sentía más capaz, y me encantaría volver a hacerlo", dijo.
Basada en un cómic de Mark Millar -autor del guión de "Kick-Ass"-, "Kingsman" cuenta la historia de una organización secreta de espionaje.
Sin renunciar a una buena dosis de brutalidad, la cinta juega con todos los clichés del género de espías: la amenaza mundial, el elitismo, la caballerosidad y los trajes a medida, la testosterona y los artilugios tecnológicos.