Esta es el artefacto explosivo encontrado en el cuartel policial.
EmolSANTIAGO.- Una revisión extraordinaria que se realizó en el cuartel que alberga la prefectura Santiago Oriente y la 18ª Comisaría de Carabineros, en la comuna de Ñuñoa, sólo minutos después del la llegada del 2014, permitió a uno de los efectivos encontrar un bolso con un artefacto explosivo de alto poder.
Según informó esta mañana el general Ricardo Solar, quien acudió al lugar, el hallazgo se produjo a las 00:45 horas en el sector que da hacia la avenida Irarrázaval, donde están las piezas de los funcionarios solteros.
"Se determinó que contenía material altamente dañino, llámese TNT y pólvora negra, de los cuales había aproximadamente dos kilos. Los delincuentes que lo fabricaron también instalaron clavos a modo de esquirlas y unos recipientes de gas butano. Tenía un sistema de detonación eléctrico con una fuente de poder y un temporizador", detalló
Solar agregó que el temporizador estaba en cero, por lo que se produjo una falla en la bomba, que afortunadamente impidió que detonara.
El artefacto instalado al interior de una olla a presión, fue dejado estratégicamente entre la pared del edificio y el muro perimetral, a fin de no ser hallado.
"La ubicación no es un lugar de alto tránsito dentro del cuartel, pero de haber detonado este artefacto hubiese causado bastante daño y de pasar una persona, el resultado hubiera sido letal", afirmó.
A raíz del peligroso hallazgo, se evacuó rápidamente el edificio y los detenidos que estaban en la 18ª Comisaría, fueron trasladados hasta la 3ª Comisaría, tras lo cual los efectivos del GOPE y Labocar iniciaron las indagaciones y peritajes para determinar el origen.
Respecto de este punto, el general Solar indicó que quienes instalaron el bolso con la bomba no dejaron panfletos ni rayados en el sector o las inmediaciones, que también fue revisada. Sólo se encontró una huella de zapato en el muro perimetral, la que se cree, es del autor del fallido atentado.
Informe de inteligencia y aumento de controles
Fuentes de la policía uniformada señalaron que hace unas dos semanas la Dirección de Inteligencia Policial de Carabineros (Dipolcar) evacuó un informe al alto mando en el que se aseguraba que se había detectado un probable atentado explosivo a un cuartel policial o a efectivos en la calle, por parte de una célula del FMR.
Lo anterior, sumado a la cercanía de conmemoración del fallecimiento del comunero mapuche Matías Catrileo y el atentado a la familia Luchsinger, en el sur del país, llevó al aumento en las medidas de seguridad en todos los cuarteles del país, lo que permitió encontrar el artefacto explosivo de alto poder.
"Estamos haciendo constantes revisiones perimetrales y también dentro de nuestros cuarteles por los modus operandi para dañarnos que está empleando este tipo de delincuentes. No queremos que mucha gente que acude a nuestros cuarteles resulte dañada por una actitud delictual que quieran hacernos a los Carabineros. ¿Qué se busca con dañar a la institución que lo único que quiere es prestar seguridad y un bien a la comunidad?", finalizó Solar.
Es la segunda vez que se produce un ataque en el mismo recinto policial. El primero ocurrió el 19 de diciembre de 2007, cuando un artefacto explotó en uno de los muros.
La detonación dejó un forado de unos 70 centímetros de alto, en el muro perimetral de 25 a 30 cms de ancho.
El prefecto de la Zona Oriente de la época, comandante Nelson Faúndez, calificó el hecho como "un atentado" y manifestó que "es preocupante que en nuestros cuarteles se manifiesten situaciones de esta naturaleza", por lo que ordenó redoblar la vigilancia.