El director, Víctor Ruz, junto a algunos de los alumnos.
Colegio Las AlamedasSANTIAGO.- Sólo una micro llega hasta el Colegio Municipal Las Alamedas, ubicado en una zona rural de la comuna de Chépica, en la Región de O'Higgins. Los niños saben que si llegan tarde al paradero tendrán que caminar más de una hora para asistir a clases.
A pesar de las condiciones adversas en términos de acceso y recursos, el establecimiento obtuvo el primer lugar en la prueba Simce aplicada el año pasado a los alumnos de 4° básico.
Emol se contactó con el director Víctor Ruz (33), profesor egresado de la Universidad Austral. Si bien el Ministerio de Educación ya había difundido los resultados a través de la web, recién tras la llamada se enteró de la noticia.
"Es que no tenemos Internet y la señal telefónica es muy mala por acá", explicó algo emocionado.
El Colegio Las Alamedas obtuvo 355 puntos en Comprensión de Lectura y 344 en Matemáticas. La poca cantidad de alumnos en las aulas facilita una educación personalizada, pese a que no cuentan con implementación académico-tecnológica de punta.
"Todos nuestros alumnos son hijos de temporeros. Actualmente sólo tenemos 13 y los que rindieron el Simce en 2013 fueron sólo dos", indicó Ruz.
Si bien hay colegios con gran cantidad de estudiantes por curso que destacan a nivel nacional en puntajes –ya sea en la Prueba de Selección Universitaria (PSU) como en el Simce- el director remarcó que la aplicación de métodos académicos eficientes y la vocación docente muchas veces "potencian la calidad de la educación, independiente de que hayan sido sólo dos los niños sometidos a la herramienta de medición".
"Tenemos la ventaja de que al poseer pocos alumnos podemos trabajar de forma más personalizada, entonces conocemos las habilidades y debilidades de cada uno. Trabajamos mucho con la confianza, para que ellos se sientan capaces de lograr sus objetivos", señaló.
El establecimiento, ubicado en la Provincia de Colchagua a más de 180 kilómetros al sur de Santiago, cuenta con dos profesores, un auxiliar, un asistente y una manipuladora de alimentos. "Esperamos que con esto se reconozca nuestra labor. No es fácil trabajar lejos de todo", finalizó Ruz.