LONDRES.- Andy Coulson, ex jefe de prensa del primer ministro británico, David Cameron, fue condenado este viernes a 18 meses de prisión por el caso de escuchas telefónicas ilegales en la prensa.
El tribunal penal de Old Bailey condenó a Coulson después de que fuese declarado culpable la semana pasada de conspirar para interceptar teléfonos entre 2000 y 2006 cuando trabajaba para el desaparecido diario británico "News of the World" (NoW).
Coulson, que fue director de ese rotativo entre 2003 y 2007, dimitió como director de comunicaciones de Cameron en enero de 2011 a raíz de las investigaciones de la Policía sobre los pinchazos de teléfonos de ricos y famosos para obtener exclusivas.
Al dar a conocer la pena, el juez John Saunders dijo que Coulson, de 46 años, debía asumir la culpa por las escuchas en el NoW porque estaba al tanto de ellas y "las incentivó cuando debió impedirlas".
El magistrado añadió que ha quedado claro que el periodista consideró en su día que esas escuchas telefónicas eran necesarias para mantener el nivel "competitivo" del diario en el mercado británico.
Además de Coulson, fueron condenadas hoy otras cuatro personas que admitieron en su día haber conspirado en este tema.
Se trata del ex director de información del NoW Greg Miskiw y el periodista Neville Thurlbeck, condenados a seis meses de cárcel.
Al también periodista James Weatherup se le impuso una pena de seis meses que cumplirá en libertad condicional y al investigador privado Glenn Mulcaire una condena de cuatro meses pero en libertad condicional, aunque los dos deberán hacer trabajos comunitarios.
Coulson estuvo varios años en el News of the World antes de empezar a trabajar para Cameron, primero cuando éste fue líder de la oposición conservadora y después cuando llegó al poder en mayo de 2010.
No obstante, el ex director de comunicaciones de Cameron será sometido a un nuevo juicio por un cargo que quedó pendiente, al no hallar un veredicto unánime el jurado, que quedó disuelto.
En concreto, el periodista será juzgado, en una fecha todavía por determinar, por un cargo relacionado con el supuesto soborno a un policía para obtener los teléfonos de miembros de la familia real.