SANTIAGO.- A una pena de 7 años de cárcel fue sentenciada -en fallo dividido- este miércoles Tamara Sol Farías, la sobrina de los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo asesinados el 29 de marzo de 1985 en Villa Francia.
Ello, luego que el Cuarto Tribunal Oral en lo Penal la declarara culpable del homicidio frustrado de un guardia de seguridad de una sucursal del BancoEstado de Las Rejas -ocurrido el 21 de enero de 2014- y de hurtarle el arma de servicio cuando su víctima estaba en el piso herido de gravedad.
La sentencia fue leída en medio de desórdenes protagonizados por la familia de la condenada, quienes calificaron a los jueces como "cobardes, asesinos y corruptos", agregando que el proceso en contra de la joven fue "un juicio tendencioso".
Según acreditaron los sentenciadores en el veredicto, la mujer -quien permanece en prisión preventiva hace un año- habría actuado con dolo y por ello desechó la posibilidad que hubiera actuado con imputabilidad disminuida como intentó acreditar su defensa.
Tras una semana de juicio oral, los jueces -de manera unánime- llegaron a la convicción de que Farías disparó en cuatro oportunidades a quemarropa al vigilante, en una especie de "venganza" -tal como consta en su declaración- por la muerte de su pareja, el anarquista Sebastián Overslij, que semanas antes había sido abatido por otro guardia en el marco de un asalto a otra sucursal de ese mismo banco en Pudahuel.
Asimismo, se acreditó que la joven actuó con premeditación al ingresar en dos oportunidades al banco, la primera de ellas para ver el funcionamiento del lugar y la segunda para dispararle al guardia.
La investigación
De acuerdo con la investigación de la fiscal Ninoska Mosnich, la mañana del 21 de enero de 2014 la condenada concurrió a la sucursal bancaria donde se acercó al vigilante para hacerle una consulta y luego se retiró.
Cuarenta y cinco minutos después regresó y simulando que le realizaría una pregunta, abrió su cartera, sacó un arma y le disparó en la cara.
Mientras el afectado caía al suelo, volvió a abrir fuego en su contra en otras tres oportunidades. En medio de la confusión generada por los disparos, la mujer huyó del recinto en una bicicleta de color negro, la misma que horas después denunció que le habría sido sustraída por desconocidos.
Sin embargo, su intención se vio truncada cuando funcionarios de Carabineros -que ya habían sido alertados del homicidio frustrado en una sucursal bancaria-, controlaron su identidad y verificaron que portaba el arma de propiedad del BancoEstado sustraída al guardia.