La empresa SpaceX realiza pruebas para desarrollar un cohete reutilizable.
SpaceXWASHINGTON.- Un cohete lanzado por la empresa privada estadounidense SpaceX estalló mientras realizaba un vuelo de prueba este viernes, según confirmó la compañía.
El ensayo forma parte de un programa que busca poner a punto una lanzadera reutilizable que pueda disponer cargas o astronautas en el espacio y volver a la Tierra.
"Durante el vuelo, se detectó una anomalía a bordo del aparato y el sistema de autodestrucción puso fin automáticamente a la misión", precisó SpaceX.
Según la compañía, el test fue "particularmente complejo, impulsando los límites más allá que cualquier otro ensayo previo".
El cohete destruido era una versión de tres motores del aparato en desarrollo F9R, que sucede al prototipo Grasshopper.
A diferencia de los antiguos transbordadores espaciales, que despegaban verticalmente mediante cohetes y aterrizaban como planeadores en una pista, el proyecto de SpaceX se basa en el concepto de despegue y aterrizaje verticales (vertical takeoff-vertical landing, VTVL) (ver video).
Según la firma creada por el multimillonario Elon Musk, dicha concepción haría descender dramáticamente los costos de poner cargamentos y personas en órbita.
Apuro por conflicto en Ucrania
SpaceX es una de las cuatro sociedades seleccionadas por la NASA, junto a Boeing, Sierra Nevada y Blue Origin, para crear una nave espacial capaz de transportar astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS, en inglés) como parte de una alianza público-privada destinada a volver a potenciar la presencia estadounidense en el espacio.
EE.UU. se ha quedado atrás en las últimas décadas en cuanto a la capacidad de llevar hombres y material en órbita frente a Rusia y China, especialmente después del fin del programa de los transbordadores que fue marcado por varios accidentes fatales.
La presión para hacer volar tan pronto como sea posible una nave espacial "propia" capaz de enviar astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI) se incrementó debido a las fuertes tensiones entre Moscú y Washington ligadas a la crisis en Ucrania.
Hasta ahora, los astronautas de EE.UU. dependen de las naves rusas Soyuz para viajar al ingenio orbital, lo que implica un costo de 70 millones de dólares por asiento.
SpaceX cerró un contrato de 1.600 millones de dólares con la NASA para realizar 12 misiones hacia la ISS, de las que tres ya se realizaron con éxito.