CALI.- Brasil y Paraguay disputarán este miércoles en Cali un partido de nervio, que podría significar para uno de los dos el despido prematuro de la Copa América.
La situación es especialmente delicada para los paraguayos, a los que una derrota privaría incluso de la esperanza de ser uno de los mejores terceros, la que si mantendría un Brasil hipotéticamente derrotado, aunque jugando con los resultados de los otros grupos.
Con buenos jugadores y bajo la dirección del mejor técnico del país, Luiz Felipe Scolari, los brasileños pasan por un mal momento, al margen de que los últimos minutos del partido que le ganaron por 2-0 a Perú permitieron sembrar alguna esperanza.
A propósito de esos últimos 15 minutos, los únicos en que los brasileños han parecido brasileños, se presume que Scolari insistirá con Denilson, Juninho Paulista y Juninho Pernambucano, que crearon una sociedad de fútbol-arte que contrastó con lo visto en los primeros 75.
Los paraguayos aún no convencen. Ni en el 3-3 con Perú ni en el 0-0 con México, el remozado equipo guaraní mostró mayor cosa, salvo individualidades interesantes. Pero es conocido que el equipo rayado vende caras sus derrotas y que cuando hay algo en juego deja en el terreno hasta la última gota de sudor.
Para mañana, Markarián contará de nuevo con el lateral izquierdo Denis Caniza, un buen instrumento para el ataque rápido que fue expulsado contra Perú, aunque en cambio no tendrá al más limitado lateral derecho Néstor Isasi, por acumulación de amarillas. También sería de la partida el golpeado volante Gustavo Morínigo, un pulmón del equipo.
Otras posibles novedades podrían ser la aparición en la titular del delantero Arístides Masi, recién transferido a Portugal, y del volante Luis Nuñez.