Las claves de la investigación judicial
La relevancia mediática que ha alcanzado el Caso McCann ha hecho la presión sobre el desempeño de la Policía Judicial de Portugal (PJ), a cargo de la investigación, crezca día a día.
Sobre todo por las numerosas filtraciones a la prensa referidas a las diligencias que se realizan y a las hipótesis que se manejan sobre la responsabilidad de los padres de Madeleine en su desaparición.
Las críticas hacia la labor de la PJ comenzaron el mismo día de la desaparición de la menor, ya que no habrían dado a tiempo la alerta en las aduanas para evitar que la niña fuera sacada del país.
Además, la gran cantidad de pistas falsas que han recibido sumado a la poca claridad que se tiene a cómo se desarrollaron las horas previas y posteriores a la desaparición de Maddie han complicado aún más el escenario, por lo que la participación de Scotland Yard y el FBI ha sido una necesidad imperiosa, más que una simple labor de apoyo.
La investigación de la PJ tiene dos corrientes principales. La primera de ellas plantea que la niña fue secuestrada por un extraño y la segunda explicaría la desaparición con la muerte accidental de la niña a manos de sus padres.
La arista del secuestro
En esta línea investigativa plantea que Maddie fue sacada de su cama por un extraño mientras dormía. Esto explicaría que su cama no estaba desordenada, que el osito que ella solía llevar estaba en una repisa que ella no alcanzaba, además de que la ventana de la habitación estaba abierta.
La declaración de la amiga del matrimonio McCann, Jane Tuner, quien asegura que esa noche y antes de reunirse con Kate y Gerry el pub “Tapas Bar” vio a un hombre con una niña en brazos, fue clave para que en un comienzo todas las diligencias se concentraran en encontrar al sospechoso.
De hecho, en la primera semana, la policía interrogó a más de 350 personas, tratando de dar con alguna pista que los llevara a dar con el paradero del secuestrador.
Esta tesis se vio reafirmada con la declaración de sospechoso del británico Rober Murat y con las constantes informaciones que llegan desde Marruecos, asegurando que han visto a la niña en ese país.
Al respecto, Kate y Gerry McCann siguen sosteniendo que su hija fue secuestrada y mantienen firmes sus esperanzas de que está viva. En esa convicción han basado la mediática y criticada campaña internacional “Finding Madeleine”, que les ha reportado donaciones por varios millones de dólares, dinero que incluso utilizaron para pagar la hipoteca de su casa como pudieron constatar los efectivos que llevan adelante la investigación.
Los McCann como principales sospechosos
Pese a que al comienzo de la investigación, todos los dardos apuntaban al ciudadano británico Robert Murat como el principal sospechoso, el desarrollo de las diligencias de la Policía Judicial de Portuga (PJ)l, comenzaron a apuntar en contra de Kate y Gerry McCann.
Que no trataban bien a la niña, que las 14 botellas de vino que tomaron junto a sus amigos en el pub “Tapas Bar” la noche de la desaparición las impidieron cuidar adecuadamente a sus hijos y el hecho que nadie vio a Maddie luego de que la retiraran de la guardería del Ocean Club a las 18:30 del 3 de mayo de 2007 fueron los primeros antecedentes que hicieron a la policía fijar sus ojos en los McCann.
Tres meses después de la desaparición, por primera vez el círculo de la investigación judicial se centró casi completamente en los padres de Maddie, luego de que se encontraran restos de sangre en la habitación desde donde desapareció la pequeña.
Además, se encontraron restos de ADN, que pertenecerían a la niña, en un automóvil que Kate y Gerry McCann arrendaron 25 días después de que Madeleine fue vista por última vez.
El 6 de septiembre de 2007 la madre de la niña fue interrogada extensamente por la PJ, cuyos efectivos están casi convencidos de que la pequeña murió accidentalmente en el apartamento de Praia da Luz, tras lo cual su cadáver fue oculto por sus padres.
Luego de ese episodio, los padre continúan en calidad de sospechosos y contrataron a un importante abogado inglés para que asumiera su defensa.
A un año de la desaparición de Maddie, los McCann aseguraron que la policía lusa les ofreció un trato para inculparse y al mismo tiempo que afirman que para ellos “nuestra hija aún está viva”, anunciaron que publicaran un libro en que contarán toda su verdad respecto al caso.