El representante regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ACNUR),
Cristian Koch-Castro, relata la condición médica en que llegan
los refugiados palestinos y cómo la Vicaría irá monitoreando
su adaptación en Chile, además de explicar qué significa ser
"un país de acogida", como dice el lema de este plan de
ayuda humanitaria.
—¿Cuál es el principal desafío que tiene
Chile al recibir a estas personas?, porque se adquiere un compromiso con
ellas al invitarlas y al recibirlas...
"Definitivamente, yo creo que el mayor desafío está por
parte de las propias personas en la parte sicológica, en la parte
de adaptación a un nuevo medio, yo creo que no nos tenemos que olvidar
de que estas personas la verdad vienen de una situación espantosa,
creo que no tiene otra palabra, entonces yo creo que desde el punto de vista
sicológico hay una gran debilidad como producto de los horrores que
han vivido. En mi experiencia, toda situación de refugiado tiene
el desafío que es la adaptación, es decir, por definición
un refugiados no quiere salir de su medio, no quiere salir de su país.
A mí lo que me preocupa es el proceso de adaptación sicológico
y cultura, no se olviden que ellos no hablan la lengua, vienen de una región
totalmente diferente, con idiomas y cultura totalmente diferente a la nuestra,
de manera que el tiempo dirá".
—Teniendo en cuenta las experiencias anteriores con refugiados
como el caso de croatas que, finalmente volvieron a su país, ¿se
considera un porcentaje de posible "fracaso" en la adaptación
al país de destino?
"Es bien difícil saber. Por ejemplo, yo leí el otro día
un artículo de unos refugiados iraquíes en Estados Unidos,
que realmente no se adaptaban y querían volver. Ahora, evidentemente
no estaban en condiciones, entonces eso es tan personal... No va a ser fácil
en ese aspecto".
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