En 1997, J.K. Rowling inició una de las sagas literarias más famosas de la historia de la literatura moderna. Ese año publicó “Harry Potter y la Piedra Filosofal”, el primer volumen de las aventuras del joven mago y su lucha contra Lord Voldemort, un poderoso hechicero que mató a sus padres y desea controlar el mundo de la magia.
El éxito que obtuvo la primera entrega sirvió para que Rowling pudiera completar su proyecto y escribir seis libros más que completarían la saga de Potter y sus amigos: “La Cámara Secreta” (1998), “El Prisionero de Azkaban” (2000), “El Cáliz de Fuego” (2001), “La orden del Fénix” (2003), “El misterio del Príncipe” (2005) y “Las Reliquias de la Muerte” (2007), con el que cerró su exitosa franquicia pese a las presiones que recibió y sigue recibiendo para que resucite a su famoso personaje.
Las únicas concesiones que realizó Rowling para retomar el universo de Potter fueron tres publicaciones que creo con fines benéficos, pero en ninguna de ellas el personaje de la cicatriz en la frente es el protagonista.