HISTORIA DE AMOR
El 11 de septiembre de 1973, Sebastián Piñera llamó a Chile para saber qué estaba pasando con el golpe militar. Cuando Cecilia Morel, su polola, se puso al teléfono, le pidió matrimonio sin dudarlo. Él estaba en Harvard, lejos de toda la conmoción que sacudía a esa hora a Chile, haciendo un doctorado en Economía. Cecilia aceptó la propuesta y se casaron el 21 diciembre de ese mismo año.
En ese tiempo no había mayores lujos en la vida de la pareja. El día de la ceremonia había toque de queda por lo que tuvieron que fijarla a las cinco de la tarde en la Iglesia del Verbo Divino. El vestido de Cecilia tampoco era una exclusividad: se lo había prestado una prima más grande que ella por lo que tuvo que ponerle rellenos. La fiesta la celebraron en la casa de Sebastián que estaba cerca del templo. Fue algo muy simple: un cóctel de pie, unos sanguchitos y sin banqueteras.
Sebastián había puesto los ojos en Cecilia cuando ella tenía 16 años. Aunque en la primera cita se hizo pasar por otra persona, ella aceptó salir con su vecino del sector de Martín de Zamora con Américo Vespucio. "Ahí si que fue patudo. Entre broma y broma me convidó al estadio y al teatro, a ver la obra Seximental. Era muy original en los panoramas. En enero del '73 nos pusimos a pololear y ese mismo año nos casamos", contó Cecilia en una entrevista.
Aunque Sebastián logró conquistar a Cecilia en menos de un año, en muchas ocasiones no fue muy cuidadoso al momento de conquistarla. “Lo encontraba un roto. No era el típico pololo que te abría la puerta del auto, por ejemplo", agrega la futura primera dama.
Inmediatamente casados, los Piñera Morel se radicaron en Estados Unidos en una de las residencias del campus de Harvard por tres años. A los cinco meses Cecilia quedó embarazada y tuvieron a su primera hija Magdalena. De vuelta en Chile nació Cecilia, Sebastián y Cristóbal.
36 años de amor
Luego de 36 años de matrimonio, Cecilia ha declarado en
varias oportunidades que Sebastián es “el más grande
amor de su vida”. Él
también lo ha declarado así, aunque reconoce que algunas
crisis han rondado la relación: “Con mi mujer, Cecilia Morel,
cumplimos, este año 2009, 36 años de casados. Sin duda ha
sido una gran experiencia. Y si bien no todo ha sido miel sobre hojuelas,
los mejores momentos de mi vida tienen relación con ella y con
mis cuatro hijos”, señala
Sebastián en su página de campaña.
Los Piñera Morel se caracterizan por ser una familia “achoclonada” y que cultiva las relaciones con sus amigos más cercanos. En su residencia ubicada en el barrio San Damián de Las Condes siempre que pueden organizan asados y actividades con sus hijos y nietos.
Una de las anécdotas que más risa provoca en Cecilia, fueron los rumores de separación que circularon en 2004. Con sus hijos ya grandes, Cecilia decidió irse con un grupo de amigas a estudiar a París por todo un semestre. Arrendó un departamento y partió.
En Santiago, las voces se levantaron, pero la realidad era otra. Sebastián la llamaba todos los días para decirle que sin ella estaba todo despelotado, que nada funcionaba y que él la necesitaba. Para Cecilia fue una prueba de lo crucial que es ella en la vida del nuevo Presidente.
Hoy, en el año del Bicentenario, la pareja deberá readecuar sus tiempos y espacios. La campaña pasada fue una prueba que sortearon con más de alguna dificultad.
Pese a que en un comienzo Cecilia no quiso involucrarse mayormente en las actividades de propaganda con el tiempo se integró al equipo. Su presencia se sentía cada vez y su protagonismo fue in crecendo. “Aunque suene cliché detrás de un gran hombre hay una gran mujer”, dijo Cecilia, su hija, en un video que cuenta su biografía.
