El Artista
Un camaleón latino
Pero aunque Soda estuviera en crisis, se trataba de una institución sólida en el rock de entonces, y la actividad paralela de su líder no iba a alterar la línea. El grupo necesitaba escribir su epílogo, y fue lo que pasó con los discos Sueño stereo (1995) y Confort y música para volar (1996). Alternando guitarras y canciones, Gustavo Cerati sumó después otra actividad musical más, esta vez ciento por ciento electrónica, junto al proyecto chileno-argentino Plan V.
Se empapó de la electrónica de grupos como Chemical Brothers, Underworld o Prodigy y también de la rave, los clubes y esa figura deificada del DJ.
En esa línea continuó tras el fin del grupo, en 1997. A partir de allí Cerati se muestra definitivamente como un artista sin complejos. Se empapó de la electrónica de grupos como Chemical Brothers, Underworld o Prodigy y también de la rave, los clubes y esa figura deificada del DJ. Esas incursiones post-Soda revelaron su función total hacia el final de la década: Fueron de exploración, una forma de impregnarse de nuevos elementos, pero también de transición hacia el gran golpe que daría en 1999, con su nuevo álbum, Bocanada. Fue un disco de singles tan pegadores como "Puente" y "Paseo inmoral", y en el que los condimentos electrónicos y los efectos de pedaleras no perdonaron a ningún corte.
Esa misma línea sería la que mantendría para Siempre es hoy (2002), un álbum recibido con algo menos de entusiasmo por la crítica, pero que se diseminó rápidamente gracias a esa habilidad para hacer melodías recordables e irresistibles. "Cosas imposibles", "Karaoke" y "Artefacto" fueron algunas de las canciones que muchos simplemente no pudieron sacarse de la cabeza.
Contenido: Emol | Diseño: Nevilk Rocco Wagner Publicado: 04/09/2014

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