Algunos peces andan juntando sus escamas perdidas el año anterior para poder estrenar este 2018 con más glamour. Pero déjenlas ir, que tenían mucho que soltar y así lucir unas nuevas que les permitirán nadar por aguas intensas y abiertas hacia coloridos océanos. Comienzan un ciclo para rearmarse y conquistar algo que a ratos les cuesta: su independencia.
Es un año de hallazgos. Tanto en lo vocacional como en temas emocionales podrán tirar el hilo de la madeja para desenredarse a sí mismos, nadar más libres y visionarios con mayor certeza en el corazón. Ahora, tampoco es la claridad misma (en especial para los de mitad del signo), pero encontrarán más que en años anteriores, así que salgan, abran los ojos y el corazón.
Estarán más despiertos, con un desarrollo de consciencia activo para aplicar las lecciones de los últimos dos años y también –atención, peces coquetos- más sensuales con su vida y frente a los demás. Esto último porque dejarán las medias tintas para ser más directos con lo que piensan y sienten. La diosa Vesta podría regalarles algún viaje interesante de mucha conexión interna, como también la recuperación de la chispa que a ratos perdieron en el ciclo anterior. Sean cautelosos los primeros meses con su salud física y emocional, podrían revivir situaciones desafiantes; no se dejen estar, porque además se abre el encuentro con buenas terapias.
Para los peces conservadores, esos que quieren nadar ojalá en un acuario o fuente, hay malas noticias: desde mayo las sorpresas y cambios de planes pueden agitar sus aguas pero también devolverles la excitación y la creatividad para sortear obstáculos. Además, se asoman proyectos muy concretos, unas cuantas lecciones para que aprendan a elegir a sus colaboradores con más realismo, mayor intuición y un optimismo renovado. Igual, si están muy cansados, es un buen año para irse a nadar por un rato a otros océanos cercanos o lejanos donde se despejen, hagan cosas nuevas y retomen el rumbo. Ese es el propósito, pero no borrarse ni evitar decisiones porque las aguas de la Tierra reclamarán su presencia empática y creadora.
Recuerden que este en un año concreto, tendrán que dejar fantasías y temores para que puedan disfrutar más. Para esto conocerse en mayor profundidad (cómo son y reaccionan) será fundamental, junto a permitir que las verdades emerjan. El mundo de los amigos y conocidos les traerá buenos aprendizajes. La sensualidad llega para solteros y emparejados: es buen año para cambiar de look, activar los placeres, sacar desplante y expresar. Soltar el pasado y no tomarse todo personal será clave para formar pareja; el segundo semestre trae acción. Estarán requeridos por su cardumen para organizar entretenidos encuentros.
Ejercer una comunicación más clara, abierta y lúdica es uno de los ejes del año. Apliquen, además, prudencia, ingenio y observación antes de resolver. El ambiente puede estar inestable, con salidas y llegadas que cambien los lineamientos, pero igual es un buen año para recibir valoración, buscar más allá, aprovechar situaciones breves como reemplazos, instrucciones o proyectos cortos. Salud, administración, terapias, filosofía, transportes, clases y artes están potenciados. Lean bien la letra chica de contratos, analicen.
Observen su lado agresivo o hiriente porque se les puede arrancar con hechos pequeños y no es necesario. Cuidado con el anzuelo de la manipulación propia o ajena, respiren para reactivar su centro. Neptuno les propone retomar prácticas o deportes que los realzan: danza, canto, camping, cocina, excursiones y –ja, ja- natación, obvio. Ocúpense de diluir adicciones o apegos, es un año donde pueden elevar su vibración, alivianar peso emocional y físico para acompañarse a sí mismos con amor.
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