Adamson reunió a un experimentado grupo de expertos en efectos especiales
para dar vida al fantástico mundo de Lewis, que en su mayoría
estuvo involucrado en la creación de otro mundo fantástico, el
de la Tierra Media, donde se desarrolló la saga de “El Señor
de Los Anillos”.
Dean Wright supervisó la creación de la galería de personajes,
un trabajo en que contó con el apoyo de Richard Taylor y su equipo de
la compañía Weta.
El mundo de Narnia está formado por 60
especies diferentes, muchas de las cuales aparecen en el momento de la batalla
final contra la bruja, que fue filmada en una meseta ubicada en Flock Hill
Station, Nueva Zelanda. Estas escenas aumentaron su espectacularidad gracias
a Massive, un programa que permite multiplicar en varios miles a los luchadores.
Una
de las creaciones que más trabajo les dio fueron los Centauros,
las criaturas mitad hombre, mitad caballo que son parte de la mitología
griega, porque requirieron la combinación de actores con cuerpos robotizados
que simularan su parte equina.
El minotauro fue otra de las criaturas que obligó al equipo de efectos
especiales a extremar recursos. Su cabeza es controlada por radio y el resto
de su cuerpo se mueve con la ayuda de varios titiriteros. El actor que se esconde
tras el disfraz necesitaba 45 minutos para ponérselo.
Otro de los elementos
que ayudó a darle espectacularidad a Narnia fue
la fotografía, que estuvo a cargo de Don McAlpine (“Moulin Rouge”).
Los
hangares de una base aérea abandonada en Nueva Zelanda (la de Hobsonville)
sirvieron para levantar varios de los escenarios de la película como
la estación de de trenes de Londres, el patio de Jadis y el gran castillo
de Cair Paravel.
Todos estos sitios nacieron de la imaginación de Roger Ford, un veterano
diseñador nominado a un Oscar por “Babe”, quien los llevó a
la realidad con la ayuda de Ian Gracie (“Star Wars III: La Venganza de
los Sith”) y un equipo de 30 personas que trabajó con un grupo
de 300 carpinteros, pintores y artesanos.
Otros de los sets que utilizaron fue
Nelly Park, un antiguo centro ecuestre de Auckland, donde ambientaron la entrada
que los niños utilizaron para
llegar a Narnia.
La casa del Sr. Tumnus, la de los castores, la mazmorra de
la bruja Blanca y el lago helado cobraron vida en los estudios Henderson, un
lugar que también
albergó a la serie de televisión “Xena”.