“Las empresas se instalaron en Bangalore porque los precios para la industria IT eran muy convenientes, aunque ahora eso está cambiando”, explica Ramesh.
Sede principal de la empresa Wipro
En Bangalore, así como en los grandes centros de desarrollo indio, el desarrollo se construye sobre una especie de Torre de Babel, aunque la diferencia es que aquí todo el mundo se entiende y la torre, lejos de detenerse, se sigue construyendo.
Los idiomas son parte del entrenamiento que reciben los jóvenes funcionarios que son captados ya desde su época de estudiantes en los prestigiosos centros de formación indios, como el Instituto Tecnológico de Mumbay.
“India es un país multicultural, con diferentes lenguas. Así, en Bangalore fue posible crear un ambiente cosmopolita. Se puede atraer gente, se puede atraer talento acá”, afirma Ramesh.
En una de las numerosas salas donde se desarrollan proyectos de formación, cuelga en la pared un afiche que promociona la “transformación del talento”, ofreciendo cursos de alemán, holandés, chino mandarín, portugués, francés y español. La lista es larga.
Quienes toman estos cursos, así como quienes son entrenados para ser más competitivos entre la marea de compañías instaladas aquí, se dedicarán por cinco, ocho o más meses exclusivamente a dominar las materias escogidas para asegurar las metas de las empresas que invierten en ellos.
Richard Büchi, gerente corportativo de Entel y quien llegó a India integrando la delegación de País Digital destinada a conocer de cerca la experiencia de este país, reflexiona que “lo más relevante es el tema de capacitación humana. Y estas empresas de tecnología que se instalaron aquí, convirtiéndose prácticamente en una fábrica tipo Mcdonald’s de capacitación. Toman estudiantes graduados, en seis meses los convierten en programadores y los meten en áreas de servicios y dan atención a todo el mundo”.
Respecto del crecimiento de Bangalore en el mundo de la tecnología, el senador Fernando Flores explica que ya hace cincuenta años la India planeaba tener un alto desarrollo.
Posteriormente, “ellos se dieron cuenta de que habían producido muchos ingenieros de software. Estamos hablando de los 80, entonces apostaron a eso. Y los estadounidenses empezaron a ver que era mejor traer parte de su gente a trabajar con ellos”.
Así, Bangalore, capital del estado de Karnakata, se transformó también en la capital del outsourcing transnacional, es decir, la tercerización de servicios de compañías que aprovechan los precios y condiciones más convenientes que se presentan en otras partes del mundo.
Autopista de Bangalore.