Todo parecía marchar sobre ruedas hasta que en julio de 2005, Jude dio un mal paso. Mientras el actor filmaba en New Orleans se hizo acompañar por sus tres hijos y la niñera de éstos; nada se habría sabido si no es porque uno de los pequeños ingresó a la pieza y encontró a su padre junto a la babysitter, Daisy Wright.
La novedad se le escapó y terminó en el tabloide Sunday Mirror, incluida confirmación por parte de Wright. Sienna, visiblemente afectada, rompió con su prometido y dejó en stand by el matrimonio programado para fines de ese año.
Lo que vino después fue lastimoso. El actor pidió disculpas públicas y rogó por el perdón: "Estoy profundamente avergonzado y molesto por haber herido a Sienna y la gente cercana a nosotros. No puedo defender mi actuación y lo lamento mucho", afirmó.
Para fines de ese mes, Sienna abandonó la mansión que compartía con el actor y se trasladó a un hotel. Éste en una actitud de profunda desesperación inició inmediatamente la reconquista, enviándole todos los días flores y mostrándose en público, afligido.
Como si nada, en septiembre de 2005, Sienna partió al Festival de Venecia y en ese lugar rompió su silencio: “Lo que no te mata te hace más fuerte”, aseguró. Quizás, por eso, a fines de ese mes, la actriz de sólo 23 años ya había regresado a los brazos de Jude, cuestión que después confirmaron ambos en noviembre.
La noticia de la reconciliación no dejó contenta a la ex esposa del actor. Sadie hizo público su malestar argumentando que Jude cambia radicalmente su humor cuando está cerca de Sienna y se pone nervioso.
Sin importar los esfuerzos que Jude realizó, las cosas terminaron definitivamente a los pocos meses. Los actores se separaron y emprendieron rumbos distintos.
Tan distintos, que hace pocas semanas Law fue visto en compañía de la actriz de origen mexicano Salma Hayek, mientras que Miller fue descubierta con el actor británico Daniel Criag, el nuevo James Bond, luego de que ésta audicionara para ser una de sus ‘chicas’.