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IN UTERO (Geffen, 1993)
Producción: Steve Albini.

La crítica fue siempre bastante generosa con el análisis de este álbum, y sus millones de venta muestran que no se trata, precisamente, de un disco ignorado. Pero quizás su nueva condición de estrellas mediáticas o el brillo casi enceguecedor de Nevermind dejó a In utero parcialmente incomprendido. El último disco de Nirvana es el más profundo y oscuro de su carrera, la carta de despedida de un compositor que se pegaría un tiro seis meses después de publicarlo. Tal como Closer en la carrera de Joy Division (otro álbum pre-suicida), In utero puede ser bastante angustioso si uno se toma demasiado en serio sus versos. Pero no queda alternativa. Estamos ante un trabajo con títulos como "Viólame"y "Puras disculpas", que si alude al amor (como en "Heart-shaped box") es para exigir explicaciones ("¡Hey, espera! Tengo otra queja"), y en cuya contraportada se acomodan fetos y flores.

Por si a MTV le quedaba alguna duda, Nirvana buscó en este álbum afirmarse como un grupo punk, sin concesiones a lo popular más allá de su apego al formato canción. Es un disco intencionalmente complejo, desde el momento en que el grupo decide pasar de la producción de Butch Vig (un amante del pop e integrante del grupo Garbage) a una figura mítica de la independencia, el ex-Black Flag Steve Albini. Los Pixies y los desconocidos Beat Happening fueron las grandes inspiraciones de Cobain para componer un álbum dirigido por la distorsión de sus guitarras ("Serve the servants"), el canto desde el estómago (la gritada "Scentless aprentice", inspirada en la novela El perfume), y que no se relaja siquiera en la melodía de "Pennyroyal tea". Son canciones que no podrían haber estado en Nevermind, elevando así el valor de una banda que jamás se acomodó a lo eficaz. La despedida con "All apologies" terminó de comprenderse al poco tiempo, cuando versos como "desearía ser como tú / fácilmente impresionable"fraguaron en un disparo en la sien y una carta de despedida que recomendaba "quemarse antes que desvanecerse".

Marisol García

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