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TURISMO
Y MINAS
El turismo es otra gran fuente de ingresos
para las islas. Cerca de 50 mil turistas
llegan anualmente en los cruceros, muchos
de los cuales viajan también a
la Antártica. |
El turismo
es la tercera fuente de ingreso después
de la pesca y la agricultura. En la temporada,
que se prolonga entre noviembre y abril,
es común que la población
local sea inferior a la turística.
La mayoría de los grandes cruceros
se quedan en las inmediaciones de Port
Stanley y sus pasajeros son trasladados
en lanchas hasta la isla durante el día.
Aunque el tiempo, a veces, les juega una
mala pasada, como ocurrió en los
primeros días de febrero pasado,
en que durante la tarde se desató
un viento de más de 80 kilómetros
por hora y los cerca de mil pasajeros
del Amsterdam debieron pasar la noche
en Port Stanley. Los de mayor edad y riesgo
de salud alojaron en el hospital local
y el resto fueron acogidos en las casas
de los lugareños. Todos los costos
los paga el seguro de la compañía
naviera. |
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El turismo,
especialmente concentrado en la vida silvestre,
tiene infinitas posibilidades de desarrollo.
Hay seis especies distintas de pingüinos
y muchos lugares en que los visitantes
los pueden observar, e incluso caminar
entre ellos, en su estado natural. Lo
mismo ocurre con los delfines, las ballenas
y las aves silvestres |
Otro
atractivo turístico son los campos
de batalla que quedan casi intactos después
del conflicto con Argentina. Hay sectores
llenos de trincheras y restos de helicópteros
y aviones derribados.
Sin embargo, caminar por las islas, en
especial en las cercanías de su
capital no es fácil. Los argentinos
dejaron 127 campos minados en 1982. Se
estiman que quedan 18 mil minas de todo
tipo, entre ellas 14 mil antipersonales.
Después de distintos esfuerzos
por sacarlas, especialmente luego del
conflicto, en que se logró retirar
1.400, se decidió dejarlas debidamente
señalizadas. Se estima que el costo
es muy elevado para hacero y en esto momento
no representan un peligro para la seguridad.
En la actitud de las autoridades de la
Falkland se nota también un fin
político no explícito. Estos
campos minados representan el peligro
del “enemigo” que no hay que
olvidar y que es una “amenaza”
constante.
Objetivamente también es difícil
retirarlas. Muchas están en zonas
de dunas que se han movido y no existen
mapas que muestran su ubicación
exacta. En estos momentos hay 101 campos
minados y los lugareños conviven
“amablemente” con ellos. Es
muy común viajar y ver a la orillas
de los caminos las señalizaciones
características de forma triangular
que indican la presencia de estos campos.
El consejo de las Falkland estima que no
es práctico retirarlas mientras
no puedan hacerlo con la totalidad. |
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Con todo,
la experiencia de visitar estas islas
resulta interesante. Llama la atención
estar tan al sur del mundo en un lugar
que parece una copia exacta a la región
de Gales, en Gran Bretaña. |
El
paisaje es similar y Port Stanley, su
única ciudad, es una copia fiel
a cualquier pueblo británico.
Todo es en inglés, los vehículos,
en su mayoría de doble tracción,
tienen el volante a la derecha y se
conduce por la acera izquierda. No hay
delincuencia y los únicos incidentes
que se producen generalmente se relacionan
con algún lugareño que
tomó algunas cervezas de más.
Hay muchos pubs, pero todos ellos se
rigen por la ley británica. A
las 11 de la noche se toca una campana
y los parroquianos deben abandonar el
lugar. |
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